1. Su marido borracho y yo gozando a su mujer (I)


    Fecha: 02/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CuentaHistorias, Fuente: CuentoRelatos

    ... apretándolos con mis labios dándoles mordiscos, estaba tan excitando que ahí mismo me la quería coger pero ella me dijo que fuéramos a su recamara.
    
    Entramos a su recamara termine por desabrochar y quitar su vestido de tela quedando solo con sus bragas moradas, lo primero que hice fue voltearla y ver ese hermoso par de nalgas en todo su esplendor, 2 meses esperando y por fin eran mías.
    
    Mientras me quítame mi ropa la señora Azucena se acostó sobre la cama, termine de desnudarme y me lance sobre ella besándola otra vez recorriendo su cuello y bajando hasta su cintura, tome sus bragas de los extremos y lentamente la fui bajando dejando libre su panocha que estaba bastante peluda, para observarla mejor le abrí las piernas sujetando sus rodillas.
    
    –Ay Joaquín llevo mucho tiempo sin coger con Pancho –dijo acariciando mi verga.
    
    En ese momento la señora Azucena estaba totalmente entregada a mí, me acomode en medio de ella y subiendo sus piernas a mis hombros enfile mi verga en dirección a su rajita y sin más la penetre moviendo mis caderas despacio.
    
    Era la primera vez que saboreaba una panocha madura, estaba bastante caliente y se tragaba toda mi verga sin dificultad, para haber tenido 2 hijos estaba bastante apretada, sentía un placer exquisito al estar cogiéndome a una mujer madura en su propia cama y en especial ver la cara que ponía al meter y sacar mi verga de su interior.
    
    Me calenté tanto que aumente el ...
    ... ritmo de mis embestidas haciéndola gemir con fuerza, se la metía hasta el fondo, estaba a punto de correrme pero me detuve para no eyacular no antes de cogérmela de perrito.
    
    La señora Azucena se levantó de la cama poniéndose en cuatro con su deleitoso par de nalgas en pompa, en ese momento estaba tan agradecido con su marido Pancho por entregarme a su esposa en bandeja de plata, lo imagine borracho en la esquina de alguna cantina mientras su mujer estaba empinada dándome sus nalgas.
    
    –A tu salud cabrón –dije al momento de clavársela entera.
    
    La señora Azucena se estremeció al momento de sentirla toda, la sujete de sus caderas y como un demente la comencé a bombear con vigor, me encantaba oírla gemir me excitaba a darle más duro.
    
    –Que rico se siente Joaquín, no pares.
    
    Seguí embistiéndola doro como por quince minutos hasta que me termine corriendo llenándole por completo su panocha, caí en la cama exhausto y satisfecho de haberme cogido a una madura por primera vez. Por la expresión en el rostro de la señora Azucena sabia sin duda que esta era la primera vez que cogíamos y que tendríamos muchas ocasiones más para coger.
    
    Estando acurrucados la señora Azucena me pidió que me quedara con ella a dormir, le pregunte si no había problemas con su marido pero ella me respondió que cuando agarraba la parranda no regresaba hasta el mediodía. Sin preocupaciones arrimándole mi verga a sus nalgas nuevamente me quede dormido. 
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