Diego el dueño de mis fantasías (3) (Dolor lo mejor de una noche de pasión) - Relatos Eróticos

Diego el dueño de mis fantasías (3) (Dolor lo mejor de una noche de pasión)

Mi hermoso nene al ver el enorme dildo se asustó un poco y me empezó a decir entre lágrimas que le ardía su culito y que ya no quería. Apesar de escuchar sus súplicas no le tomé importancia y hasta tuve de nuevo una erección descomunal de nuevo.
Me senté en la cama y empecé de nuevo a besar y morder todo su pequeño cuerpo a mi pequeño Diego que hizo que se calmara y empezará levente a gemir de nuevo. Hasta incluso hizo que por si solo levantará sus piernas ofreciendome su culito de nuevo, eso me calentó demasiado así que volví a acomodar sus piernas en mis hombros y empecé a masajear mi pene en sus nalgas, esto hacia que Diego gimiera aún más fuerte, así que me quite los guantes, escupí un par de veces en su oyó y si la metí de nuevo, de una sola estocada, ahora Diego solo empezó a gemir, yo empecé a darle más fuerte y empecé a besar su calcetines, oler y morder un poco sus pies. Esto me calentaba aún más y hacia que Diego gimiera más fuerte, en algún punto empecé a sacar toda mi verga y solo dejarle la cabeza y en cada estocada era más fuerte que la anterior, esto hizo a Diego que empezará a llorar y gemir del placer. En ese momento me di cuenta que Diego ya no está el nene berrinchudo y consentido que conocía, sabía que apartir de hoy, era el putito y esclavo de muchos hombres que estaba destinado a ser este nene.
Así duramos 30 min. mi nene cada vez gimiendo más fuerte y yo bufando como un toro metiendo mi verga en su culito estrenado. Después de unas cuantas estocada ...

... muy fuertes, me vine de nuevo en mi nene, está vez solo salía semen de su interor, así que aproveche mi leche antes de que saliera, me puse los guantes de nuevo, acomode ese gran dildo en el culito de mi nene, le puse un poco de lubricante, puse mi mano haciendo presión en su boca y empecé a meter ese descomunal dildo en el oyó de mi nene. Cómo supuse, mi nene empezó a gritar y gemir de dolor, pero ya era demasiado tarde. Ya tenía medio dildo adentro de él y sabía que era mejor terminarlo de meter para que se terminará acostumbrando a el.
Pasaron 3 min. de gritos y muchos gemidos, por fin mi pequeño Diego tenia ese descomunal dildo dentro de el. El cual cada vez que lo sacaba y volvía a meter se veía como se movía en el estómaguito de mi nene. Diego no podía más, así que por un par de minutos se desmayo del placer, yo aproveché para darle más duro con el dildo, lo cual hizo que volviera a despertar y empezar a gemir de nuevo como todo el putito que era, así estuvimos por otros 30 min. hasta qué le saque el dildo, el cual estaba sucio de sangre, leche y suciedad, no me importó.
En ese momento lo único que me llamaba la atención era su oyó, el cual podía ver en su interior de lo abierto y grande que había quedado.
Puse sus piernas en mis hombros y procedí a lamer ese oyó de nuevo, Diego empezó a gemir y yo en cada vez que ponía mis labios en su oyó, cada vez llegaba más a dentro.
En ese momento pensé, ya está listo. Así que me senté al lado de Diego, le puse otra almohada en ...