1. La reeducación de Areana (16)


    Fecha: 07/12/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... espaldas y Areana por delante.
    
    -Bueno, muy bien, putas, ahora van a darme lengua. Vos, perra vieja, en mi culo, y vos, cachorra, ocupate de mi concha. Y pobres de ustedes si no lo hacen bien, porque entonces les doy con el rebenque hasta despellejarlas. Abrió las piernas y Eva y Areana se abocaron al menester que les había sido ordenado. Ambas lenguas eran expertas. Eva separó ambas nalgas y tras mirar por un par de segundos el objetivo puso en acción su lengua, primero lamiendo hasta que de pronto la hundió, rìgida y precisa, en el pequeño orificio lo más que pudo. La visitante lanzó un gemido y tembló de pies a cabeza mientras Areana le regalaba veloces lamidas entre los labios externos de la concha, que había comenzado a derramar flujo. La putita capturó de pronto el clítoris hinchado y rojo entre sus labios y comenzó a succionarlo, con lo cual logró que la señora Constanza comenzara a jadear cada vez más fuerte hasta prorrumpir en alaridos mientras la lengua de Eva seguía horadando su ano y por momentos dándole lentas y largas lamidas a lo largo de la zanja entre ambas nalgas. No pasó mucho tiempo hasta que la señora Constanza comenzó a temblar, a gemir y jadear cada vez más fuerte mientras sus piernas vacilaban. Por fin, cayó incapaz de sostenerse mientras explotaba en un violento orgasmo. Quedó de espaldas en la cama, resoplando, y momentos después le dijo a Areana, que aguardaba en cuatro patas, inmóvil junto a su madre:
    
    -Vení, pichona, limpiame bien la concha ...
    ... con esa lengüita endiablada que tenés.
    
    Areana se inclinó entre las piernas de la visitante y comenzó a beber su orgasmo hasta no dejar ni una gota. La señora disfrutaba de esa lengua en tanto sentía que una dulce laxitud iba ganándola.
    
    “¡Voy a quedarme dormida!”, pensó alarmada y al consultar la hora en su reloj de muñeca vio que vio que quedaban apenas diez minutos para el final de la sesión. Apartó entonces a Areana, se incorporó con esfuerzo y se hizo vestir por la niña. A las cuatro en punto abandonó la habitación en el momento en que Milena estaba por llamar a la puerta. Ambas intercambiaron una mirada caliente durante la cual la señora Constanza tomó ambas manos de la joven entre las suyas y le dijo:
    
    -¿Vas a consultar?...
    
    Milena dejó sus manos apresadas por las manos de la señora, le sostuvo la mirada y susurró acercando su rostro al de la mujer:
    
    -Sí, voy a pedir permiso…
    
    -Contame a quién…
    
    -No sea curiosa, mami…
    
    -Es que me resulta excitante eso de que tengas que pedir permiso…
    
    -Bueno, ¿lo pasó bien con las putas? –preguntó Milena para desviar la conversación, porque sabía muy bien que no debía hablar de Amalia y su relación con ella.
    
    La señora lanzó un suspiro resignado:
    
    -Sí, claro, son muy buenos ejemplares, pero me intriga que las entreguen gratis. ¿Por qué no les sacan el jugo?
    
    Milena libró sus manos y un gesto de cierto fastidio se dibujó en su rostro:
    
    -Ay, basta, no pregunte tanto. Vamos, que las perras tienen que descansar ...
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