Un inolvidable dia con Mario - Relatos Eróticos

Un inolvidable dia con Mario

... pero vi que él estaba sorprendido, así que me anticipe, le dije, disculpa Mario que este con este panty, pero es la mejor manera de conseguir un bronceado más parejo en todo el cuerpo, a lo que me respondió, es muy de acuerdo, solo así habrá una mejor cobertura del sol en su cuerpo, sabe que fui hasta mi oficina y le he traído este bronceador para que pueda estar más tiempo disfrutando del sol, además le puedo decir que le queda muy bien lo que lleva puesto, a lo que le agradecí y de inmediato se ofreció para ponerme el bronceador, algo que yo esperaba con mucha ilusión, entonces le dije que muchas gracias y me acosté boca abajo sobre una toalla, para que el haga su trabajo de poner el bronceador, empezó por el cuello, brazos y espalda, pero lo hacía con mucha suavidad y esto me éxito, siguió por mis glúteos e instintivamente separe mis piernas, situación que no desaprovecho y empezó a cubrir con suaves masajes el bronceador entre mis piernas y glúteos, llevándome a un  grado de excitación muy grande, pero me mantenía en silencio y seguía disfrutando de los suaves roces de sus manos sobe mi cuerpo.
No dejaba de hacer comentarios, que me queda muy bien el panty, que es el color favorito ara la ropa interior, que se ve muy bien mi cuerpo cubierto con el bronceador, en fin, toda esta clase de comentarios, que solo me excitaban mucho más, disfrutando al máximo, de pronto me pidió que me diera la vuelta y lógicamente obedecí, pero mi pene ya estaba muy erecto, lo cual era ...

... imposible de disimular, su reacción fue, no se preocupé, es normal que luego de tocar su cuerpo al ponerle el  bronceador se haya excitado, pero tranquilo, solo estamos usted y yo, sin más, solo procedió a retirar el panty y dejar mi pene totalmente erecto ante sus ojos, esto estaba muy delicioso, procedió a seguir aplicando el bronceador en todo mi cuerpo, a excepción de mi área genital, cuando ya estaba totalmente cubierto con el bronceador, me pregunto, quiere que le ponga aquí?, tocando delicadamente mi área genital, porque si no queda protegido le puede afectar el sol, le respondí, que sí, que por favor también lo ponga el bronceador, entonces empezó a aplicar el bronceador con suavidad en mis testículos, pero bajando ocasionalmente sus dedos a mi orifico anal, para luego subir hasta la cabeza de mi pene, regalándome la mayor excitación que yo haya tenido en mucho tiempo, entonces no pude callar y le dije, Mario, muchas gracias me siento muy bien, como tú puedes darte cuenta estoy muy excitado y disfrutando de tu gentileza, si tu deseas, y a mí me agradaría,  puedes desnudarte también, así que no espero más y en pocos segundos estaba totalmente desnudo y con su pene muy erecto, le envite para que se recueste en la toalla a  mi lado y sin darme cuenta, estábamos besándonos muy apasionadamente, al mismo tiempo que su cuerpo y el mío eran uno solo. El roce de su pene en mi cuerpo me puso al máximo de la excitación, y le pedí que se suba sobre mí, para seguirnos besando, mientras ...