La Madura de mi Clase - Relatos Eróticos

La Madura de mi Clase

... pene se corrió.

Soltando un gemido de lo más erótico mordiendo su labio inferior y girando sus ojos, luego de eso se acomodo de puse de cuclillas y comenzó la mejor cabalgata que e recibido en mi vida esa mujer brincaba como poseída mientras gemía muy duro sin importar que la gente escuchará diciendo "que rico, que rico" y mientras decía eso soltó el "que ricooo me vengoo" a lo que soltó un gran gemido seguido de un chorro de sus jugos callendo sobre mi a lo que no dude la tire sobre la cama y baje a saborear esos benditos jugos, comencé a besar y lamer sus labios en lo que encontré su clítoris y mientras pegaba pequeñas mordidas a su clítoris introducía 2 dedos en su vagina a lo que no tardó en soltar en mi cara su 4ta corrida del día seguido de eso ella quedó rendida en la cama como una cara de morbo y placer que lo único que provocó fue que me calentará más.

Así que la tomé por la cintura la coloque en 4 y mientras metía mi pene en su vagina ví como sus piernas temblaban y ella diciendo "ummmmm métela toda hasta los Webos" a lo que decidí obedecer y meterla completa sin contemplaciones y comencé a embestir esa vagina con todas mis ganas, poco después me dice "agárrame ...

... del cabello" a lo que mientras embestía enrolle su largo pelo en mi mano y lo jalaba con fuerza con lo que ella comenzó " si, si, siii así dale dame duro más duro nalgueame lléname toda" por lo que al pasar los minutos inevitable no correrme a lo que le dije "Sandra me vengo" y ella respondió "si yo también correte dentro lléname con tu leche" justo al pronunciar eso me vine mientras en mi cara caen gotas de la 5ta corrida que se daba mientras yo embestía sus nalgas, en ese momento ella cayó sobre su pecho y mientras sacaba mi pene surgieron sus líquidos y los míos mezclados en uno solo y mientras caía aun lado de ella observé mientras bajaba su mano tomaba mi semen mezclado con sus jugos que salía de su vagina y los chupaba con su lengua de cada uno de sus dedos.

Terminamos rendidos el uno al lado del otro abrazados hablando de lo genial que había Sido y ella contándome que tenía años de no sentir a un macho corriendose en su interior.

Los días pasaron y nuestros encuentros no cesaron cada vez eran más seguidos y más placenteros pero ya habrá más tiempo para contar un nuevo relato.

Espero sea de su agrado y si gustan pueden escribir a mi correo alee.monse96@outlook.es