1. Orgía en los aseos públicos de la plaza de Pontevedra.


    Fecha: 23/07/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... frecuentaban aquellos aseos, y al ver como se estaba poniendo aquello, no querían que pudiera bajar nadie más y pudiese terminar aquella orgía que parecía estaba a punto de comenzar.  
    
    
       Yo que ya estaba pegado a la puerta del cuarto donde se guardaban los utensilios de limpieza, con los pantalones y slip resbalando por mis piernas, cayendo sobre mis tobillos, siendo manoseado por el hombre aquel, que ya empezaba a subirme la camiseta que llevaba puesta, dejando mi torso al aire y llevaba su boca a mis pezones que estaban erectos y duros por la excitación que tenía, empezando a morderlos y chuparlos. 
    
        Solté un gemido estremeciéndome, ¡ohhh! ¡ooohhh ohhh! Exclamé suspirando al notar la boca de aquel hombre mordiéndome los pezones y sus manos subiendo mi camiseta, mientras me iba manoseando todo el cuerpo.
       Podía ver como le seguían dando por el culo al chaval, y como todos se amontonaban en el pasillo, viendo cómo se follaban al adolescente, y como me iba desnudando a mí, aquel hombre, haciéndome suspirar soltando gemidos.
    
       Así maricón, así, deja que te desnude y de por el culo que lo estás deseando.
    
       Mira como le dan por el culo al mariconcito, mira. ¿Tienes envidia verdad? Pues no te preocupes, que yo te voy a complacer. Ya verás como vas a disfrutar y gozar con mi polla en tu culo. Me iba diciendo aquel hombre mientras iba tallando todo mi cuerpo con sus manos, a la vez que chupaba y mordía mis erectos y excitados pezones.
    
       Yo que ya no ...
    ... podía pensar nada más que en lo excitado y caliente que estaba, me dejaba hacer. Con mis manos tocaba y acariciaba la polla y cojones de aquel hombre, acariciándola y dejando que me fuese desnudando y metiendo mano.
       No me importaba la gente que había, ni si me estaban viendo, en aquellos momentos estaba tan pero que tan caliente, que nada me importaba, solo me dejaba hacer y llevar por aquella excitación que sentía. 
    
       Cogiéndome por la cintura, me hizo girar, poniéndome de cara a la puerta donde estaba pegado, quedando mi culito delante de aquel hombre. 
       Pasó su mano por la raja de mi culo, volviéndola a pasar de nuevo, haciendo que me abriera de piernas, mientras él, metía su mano entre mis piernas, tocaba mis pelotas y me decía: ¡Uy que culito mas rico tenemos! 
       Con sus dedos buscaba la entrada a mi ano, a la vez que con la otra acariciaba mi polla meneándola. Así maricón, así, mira que empalmado estás. Anda ábrete de piernas y déjame ver tu lindo culito, decía presionando con su dedo mi ojete.
     
       ¡Oh maricón! Mira que culito, mira que calentito estás, decía introduciéndome un dedo en él.
    
       ¡Ohhh! Gemí al notar entrar su dedo, ¡ooohhh! Volví a gemir notando como lo removía en mi interior, haciendo que mi esfínter se fuese dilatando.
    
       Mira que bien se abre, maricón. Decía introduciéndome un segundo dedo en el culo, mientras seguía meneándome la polla con la otra mano. 
       ¿te gusta eh? Te gusta, maricón.
       Venías con ganas, ¿eh? Claro que sí, ...
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