1. Embarazada y zoo


    Fecha: 24/07/2020, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: Sophia, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... realidad era mi esposo que acababa de llegar, había perdido la noción del tiempo, rápidamente me vestí para ir a recibirlo. Por suerte esa noche tuve sexo, así que pude descargar mi calentura acopiada.
    
    A partir de ese momento comencé a involucrarme cada vez más, me encantaba sentir su pelaje sobre la desnudez de mi blanca piel, mientras su lengua buscaba mis cavidades, excitándome cada vez más, no era solo yo, sino también Bobby, que lo demostraba, al ver surgir su punta roja, era una especie de química, muy difícil de abandonar.
    
    Repitiendo lo de aquel sábado, y aprovechando la ausencia de mi esposo, a las 10 de la mañana, llevé a Bobby a la misma habitación. Inicie el juego, tratando de incitarlo y a su vez excitarme, llegando a un clímax ideal, me fui quitando la ropa de a poco, colocándome en 4 cada tanto para provocarlo a que me montase, así estuve un buen rato, dándole mi sexo para sentir su lengua, que alteraban mis hormonas, lo continúe durante un buen tiempo, hasta sentir que necesitaba ser penetrada. Culminé quitándome mi última prenda, y desnuda como una perra ardiente, me coloque en cuclillas, decidida a entregarme plenamente a mi mascota, a pesar de mi preñez.
    
    Mi respiración parecía agitarse cada vez más a la espera de esa nueva sensación, mientras Bobby iniciaba una serie de movimientos para intentar acoplarse. En un instante me monto, para emprender un loco bombeo, intentando sin pérdida de tiempo, insertar su verga en mi sexo, sentía como se refregaba ...
    ... sobre mis nalgas buscando afanosamente mi abertura. Eso me provocaba, al saber que quería poseerme con toda su energía, tomé su miembro y lo conduje a la puerta de mi húmeda vagina, fue suficiente para sentir penetrarme de manera salvaje y sin ningún escrúpulo, mientras sus patas delanteras, se aferraban a mis caderas de manera impetuosa.
    
    Comencé a gemir, al sentir la manera en que me estaba penetrando, su instinto animal no tenia parámetros, era realmente su hembra. Su verga parecía crecer en mi interior, como tomando posesión de cavidad, esa dilatación me excitaba, mientras los jadeos de mi mascota eran cada vez más acentuados. No podía creer que me estaba sucediendo, me veía en un espejo con mi panza, mis tetas agitándose, y Bobby penetrándome como si fuese su par. Era una escena totalmente obscena, salvaje e inmoral, pero a pesar de eso, llena de lujuria, tanto de la parte de mi perro, como mía al entregarme a su instinto animal.
    
    Me sentía totalmente poseída por esa furia sexual e incontrolable, su verga parecía seguir creciendo en mi útero, apropiándose cada vez más, su bola que había llegado a la totalidad de su volumen, impedía su salida, quedando apresada en el interior de mi vagina, los movimientos se hicieron más lentos, fue en ese momento que su esperma cálida y cuantiosa comenzó a regar mi seno, en donde una ola de orgasmos comenzó a estremecerse en mi interior. Gemía como nunca lo había hecho, y mi respiración se agitaba, y mi corazón latía apresuradamente, ...