1. Su último capricho


    Fecha: 13/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: amanuense, Fuente: xHamster

    ... zapatillas y mi pantalón. Cuando me acerqué, Marta ya me esperaba con las piernas separadas y flexionadas. Antes, cuando le dije lo de los pelos y lo de comer coños, me había tirado un pequeño farol. Sólo lo había hecho una vez, y ni siquiera sabía si lo había hecho bien, pero parecía que ella esperaba que yo le devolviese la comida de sexo. No me quedó más remedio. Sumergí la cabeza entre sus piernas y lo primero que hice fue agarrar débilmente entre mis dientes su clítoris. Ver a mi tía suspirar y sonreír con cara de felicidad, me indicó que lo hacía bien. Llené de pequeños y suaves besitos toda la zona. Mi lengua jugaba con sus labios, abriéndolos, mordisqueándolos…frotaba mi cara contra su sexo y parecía funcionar. Sus manos se agarraban al edredón que cubría aquella cama y su cuerpo comenzaba a agitarse. Yo no me detuve, e introduje mi lengua apenas en su vagina cuando ella comenzó a gemir más y más. Movía mi lengua en su interior como podía. Ella sólo acertaba a decir “si, así, sigue así”. La descarga de sus flujos mojando mi lengua me confirmó que se estaba corriendo. Puede sonar ridículo y estúpido, pero me sentí orgulloso de aquello. Me detuve por unos instantes mientras su cuerpo se apaciguaba. La miré. Se estaba mordiendo el labio inferior. Estaba disfrutando, así que decidí seguir. Me acerqué a su cara para que me premiara con uno de sus besos. Así lo hizo. Luego le di dos de mis dedos, y los tragó con avidez. Cuando creí que estaban bien húmedos, se los quise ...
    ... sacar, pero ella no parecía dispuesta a parar. Con mis dedos impregnados en su saliva, volví a acercarlos a su coño. Se los introduje de golpe hasta el fondo. Una mueca de placer se dibujó en su cara. Los saqué despacio mojados en ella y volví a clavárselos. Ella gimió. Repetí unas cuantas veces la operación. Comencé a penetrarla rítmicamente con mis dedos y a frotar su clítoris con mi pulgar. Funcionaba otra vez. Y cómo funcionaba, yo no paraba. Tuvo otro orgasmo que yo prolongué repitiendo sin cesar ese gesto. Sus piernas, abiertas al máximo, se agitaban como si tuvieran vida propia. Fue al menos un minuto en el que ella no paró de moverse, yo no paré de follármela con la mano, y en el que mis dedos se bañaron una y otra vez en el fruto de su orgasmo.Su cuerpo se agitaba todavía cuando de su boca salió una sola palabra, que yo acaté como la orden que era: “Fóllame”.Volvía a tener la polla tiesa, así que me la agité un par de veces para terminar de ponerla a punto y me hice un hueco entre sus piernas. Su coño empapado me acogió sin problemas. Reposé unos segundos en él, como convenciéndome de lo que estaba a punto de suceder. Después comencé a moverme. Primero despacio, adaptándonos el uno al otro. Al poco ella ya estaba gimiendo de nuevo. La estaba haciendo sentir un orgasmo continuo. Mirándonos cara a cara, apoyaba el peso en los brazos y al flexionarlos caía en su cuerpo. Apretaba las nalgas y en cada empujón mi polla recorría toda su vagina. Empujaba más fuerte, queriendo ...
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