El reencuentro con mi suegra - Relatos Eróticos

El reencuentro con mi suegra

... darle lo que correspondía y jamás recordé que tenía en ese mismo bolso el par de tangas calientitas de ella, yo contaba el dinero cuando logre ver que su mirada estaba sobre la preciada prenda que yacía en el suelo y me pregunto: “¿Que hace esto aquí? Yo por supuesto le respondí: “No lo sé, ¿son suyas?” de inmediato me volteo a ver a la cara y me encaro: “Pero si acabo de ver que se te cayeron del bolso cuando sacaste tu cartera, ¿qué significa todo esto?” por supuesto que yo me encontraba entre la espada y la pared, y decidí decirle la verdad: “Las tome cuando entre a su cuarto, las vi tiradas en el piso y las levante para dejarlas en su cama, pero no pude resistir olerlas y me encanto su aroma, también vi la puerta de su baño entre abierta y no resistí espiarla mientras se duchaba, ojala pudiera decir otra cosa, pero eso fue lo que sucedió, pensé en dejarlas nuevamente en el lugar que estaban, pero quería tener un recuerdo suyo y recordar lo linda que era conmigo hace unos meses y que el día de hoy no sé qué paso, pero está usted muy distante de mí y la verdad es que extraño cuando nos llevábamos bien, cuando me abrazaba por cualquier motivo y el cariño y los abrazos eran mutuos, discúlpeme en verdad, sé que fue una tontería muy grande, pero no puedo más que decirle la verdad de lo sucedido…”
	Pensé que moriría en ese momento, cuando menos esperaba un sermón intenso y extenso, pero ella me abrazo, y me dijo: “Yo también te extraño, pero hace varios meses que comencé a ...

... sentirme muy bien cuando me abrazabas, cuando me besabas al saludarme, te extrañaba cuando no venias a visitarme por tu trabajo, ansiaba llamarte todos los días, solo para escucharte y bromear como lo hacíamos, pero me di cuenta que estaba mal, que eres el hombre de mi hija y que debía poner distancia entre nosotros…” Yo hasta ese día, no había sentido atracción por ella, la quería y mucho, los abrazos, los besos, las llamadas, los mensajes eran porque en verdad me nacían del corazón, era una muy buena amiga y consejera, pero cuando vi esa tanga y la vi ducharse comencé a verla de manera distinta, como mujer, y aunque no era muy agraciada, el morbo de tener algo con mi suegra era muy fuerte, así que de las caricias en la espalda consolándola cuando me confesaba la situación, baje un poco a su trasero, vi que ella no hizo algo por quitarme y hasta un par de nalgadas le di, pensé que era suficiente, pero ella no soltaba de abrazarme, así que busque su cara para darle un beso en la mejilla y ella busco mi boca, me beso 3 o 4 veces seguidas, nada de lengua, solo besos en los labios y de pronto abre su bata, y toma mis manos, se las coloca en sus pechos y comienza a hacer círculos sosteniéndome las manos en ellas, cuando por fin vio que no las soltaría bajo las manos y comenzó a desabotonarme el pantalón, saco mi endurecido pene de entre mis bóxer y se dispuso a sobarlo a todo lo largo y ancho, jugaba con la cabeza de mi pene y esto me provocaba una inmensa satisfacción, vaya que ...