El reencuentro con mi suegra - Relatos Eróticos

El reencuentro con mi suegra

... sabía cómo sobar una verga, años de experiencia con mi suegro y ahora me tocaba a mí.
	Mi cabeza busco ambos pechos, mamándolos y chupándolos extensamente, jugaba con su endurecidos pezones, los sostenía succionando con mis labios y jalaba hasta que se soltaban, veía como esto le producía choques eléctricos de excitación, mis manos fueron directo a sus nalgas y su ya húmeda vagina, con la mano izquierda abría su nalga derecha y con la mano derecha sobaba sus labios vaginales y clítoris, ella comenzaba a menearse y a jadear un poco, muy despacio, pero ya la escuchaba que entraba en calor, mientras ella me tomaba de la cabeza y me dirigía a cual seno mamarle, también se sobaba el seno que quedaba libre, después de unos 5 minutos de masaje vaginal, comencé a bajar mi cabeza hacia su pelvis, quería saborearla completamente, llegue a sus labios y comencé a chupar y juguetear con su clítoris, mi lengua y su ya hinchado clítoris bailaban un vals de lujuria y ella comenzaba a contraerse, comenzaba a venirse, lo sé porque sentí sus jugos cuando mamaba por toda su vulva, ella apretaba más mi cabeza hacia ella y yo seguía mamando y chupando, en menos de 3 minutos de ardua labor comenzó a venirse nuevamente y después de un minuto más nuevamente, 3 deliciosas venidas había tenido ella, mi endurecida verga estaba a punto de estallar y necesitaba que me sacaran toda la leche, así que me levante, y ella se arrodillo, de un solo golpe se metió el enorme pene que tenía frente a ella, y con ...

... una perfecta sincronización entre mamada y masturbada fue capaz de en tan solo 2 minutos hacerme venir, avente todo mi esperma sobre su cara y pechos, era muchísima leche, y al terminar de venirme, tomo mi pene y como pincel comenzó a distribuir uniformemente en su cara todo aquello que había sacado de mí.
	Nos fuimos a su habitación, nos recostamos sobre su cama, y ella se recostó en mi pecho, jugueteando con mi pene, lo acariciaba por completo, en un vaivén riquísimo, yo solo la besaba en su frente y me dejaba querer, cuando por fin logro levantar nuevamente mi pene, de un salto se puso de rodillas sobre él, y cuidadosamente lo introdujo por su lubricada vagina, yo sentía como entraba y salía por completo de ella, era tan tibia y resbalosa, y así fue tomando ritmo, y los jadeos comenzaban a hacerse pujidos y después exclamaciones de placer, yo veía como sus caídos pechos rebotaban al compás de sus sentadillas, veía su linda cara llena de gozo, como jadeaba y se mordía los labios, lo estaba disfrutando en verdad, se tocaba los pechos, desde la base y hasta terminar con sus endurecidos pezones, jalándolos y soltándolos, se masturbaba con la otra mano su vagina, mientras mi dura verga entraba y salía de ella, comenzó a venirse y parecía un torbellino sobre mí, yo estaba encantado viéndola disfrutar, disfrutaba su meneo y su cara de satisfacción, cayo rendida en la cama y me puse de rodillas, la acomode a gatas y volví a penetrarla, ella aún estaba muy  sensible y cada envestida ...