5 – 129 1960: Noviembre
Fecha: 10/08/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: S. Jackson, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... salía el semen, “te dejé toda mi lechita” lentamente se apartó de la cama, “no te muevas, que ya te limpio”, el niño se mantenía en esa posición perrito cuyas rodillas descansaban dobladas sobre la cama y sus brazos estirados siendo apoyadas sus manos en la cama, Renzo Orestes llegó a limpiarle el traserito con mucho cuidado, tenía un recipiente con agua y con ese trapo húmedo le limpiaba el trasero, le abría los glúteos pasándolo a la entrada del ano hermoso y delicioso que Ezequiel tenía, “ahora tú”, extendió el trapo dejándolo en el suelo, Ezequiel se levantó de la cama, Renzo Orestes se sentó en el extremo de la cama, viéndose su pene con restos de excremento y semen, Ezequiel tomó el recipiente y con sus manos con agua limpiaba la piel de ese pene “mira cómo te gusta ¿no?” el niño estaba con su mirada atenta deslizando sus dedos por el pene sacando esos líquidos, ya muy limpio el pene Renzo Orestes le dijo “ven, pégale la última de hoy” la cara del niño se acercó a pene, estaba serio y pensativo, abrió la boca y tomando con sus manitos de dos alargados el afeminado niño se metió el pene dentro de su cavidad bucal así lo lamió y chupó por un instante mientras Renzo Orestes se hacía para atrás estirando sus brazos y apoyándose con sus manos en el colchón, el niño acuclillado en su delante seguía con el sexo oral, “ya para que tengo que irme” el niño se apartó del pene de su boca, “límpialo que debe estar presentable” así lo hizo el niño con delicadeza, ya vestidos Renzo ...
... Orestes le dio el billete “toma, te los has ganado bien” sonrió viendo a la cara del niño que dibujaba timidez y algo de culpa por lo hecho “ya sabes, todo en secreto entre tú y yo… como siempre” le gritó cariosamente el pelo y el niño salió a paso lento de la humilde vivienda, Renzo Orestes se arrimó a la ventana, vio el andar afeminado de Ezequiel que se iba rascando el traserito “esta vez se lo mande todo” sonreía “me gusta ese niño, es el mejor de por aquí” Ezequiel se sentó en la acera viendo con calma el billete, se le dibujó una sonrisa, Renzo Orestes lo vio que iba en dirección a una abacería y a la panadería contigua, rato después Ezequiel sentado en la acera comida pastelillos bebiendo una gaseosa de tamaño grande “aliméntate para que sigas resistiendo mis embestidas” decía en voz baja Renzo Orestes mientras se manoseaba el pene vestido.
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La vida continuaba con normalidad en el pueblo, los trabajadores desfilaban a su trabajo con los implementos de labranza, eso ocurría de todos los días, en ese pueblo de montaña así se demostraba con cordialidad, un pueblo chico cuyos moradores hablaban de la presencia hace días de un viajero, un forastero, adulto cincuentón, algo fornido de mirada firme, había venido en el autobús de línea rural en el crepúsculo, deambulaba con un bolso y chamarra, había preguntado por un reconocido hacendado, amigo suyo de la infancia, amigo de su familia, aquella familia extinta, tenía un adecuado modo de hablar, zagas para la manera de ...