Mamandole a Arturo (2) - Relatos Eróticos

Mamandole a Arturo (2)

... con saliva. Estaba rojo y me temblaban las piernas. 

No me di cuenta de que se acerca a detrás mío pero cuando me alcanzó, se sentó encima mío, forzandome contra el suelo. Mi polla dura aplastada contra el suelo frío. Sin decir nada, metió un dedo en mi culo a través del agujero del calzoncillo. Primero poco a poco y luego metió dos.

Yo aún estaba intentando recuperar la respiración debajo de él cuando se leventó y noté la cabeza de su gran verga frotarse contra mi agujerito. No estaba preparado para esa follada. Ni se esperó a que abriera mi culo, simplemente me la metió. Yo grité y gemí por el gran musculo que se movía violentamente dentro de mi. Pero a alguna parte de mi le encantaba.

Esa dura follada duró más de una hora. Durante esa hora brutal gemí las palabras "soy tu puta. Por favor nunca pares de follarme. Destrozan el culito porfavor". Y durante una gran parte de éste tiempo pareció estar grabandome. Pero yo no tenía control. Solamente tenía calentón.

Después de esto, me sacó la polla del culo, dejándome tirado en la cama, se acercó a mi cabeza, y aun con ese olor a sudor y a mi culo, me volvió a follar la cara.

"Ves, se que eres mi puta, porque te puedo follar la cara después del culo, y te gusta igual".

Finalmente, me dejó tirado en el suelo, con su semen en mi garganta. El se volvió a vestir mientras yo permanecía en el suelo sin aliento. La polla aún durisima. Me la tocaba pensando en el semen suyo que aún tenía en la boca. "No hagas eso delante mio cerda", me dijo, y "a la siguente no se me olvidará que me mames los sobacos también". 

Salió por la puerta mientras yo tosia su precum y su semen. Era demasiado espeso. 
Me dejó en mi casa, con la puerta abierta, y yo sabía que esto no sería la última vez que me destrozara así el culo.