1. EL CULO DE CARLA


    Fecha: 17/08/2020, Categorías: Fetichismo Tus Relatos Autor: CARLA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X


    Me llamo Carla, tengo 29 años y soy profesional, pero no voy a dar mayores detalles de mi vida íntima, sé que es difícil que alguien conocido lea este relato pero igualmente no voy a correr riesgos. No lo puedo negar pero me da mucho morbo pensar que alguien sospechase de mi, también me produce mucha adrenalina jugar con ese miedo, por eso decidí escribir acerca de esta especie de fetiche sexual. Todos los días voy a mi trabajo en el tren subterráneo de Buenos Aires porque me queda muy cómodo y además ahorro tiempo.  Viajo en la hora pico,  los trenes van abarrotados de gente, y todo el mundo viaja muy incómodo, más aún las mujeres que debemos soportar ciertas formas de acoso de parte de los tipos degenerados que se aprovechan a tocarte o algunos más osados que van de estación en estación al acecho de alguna mujer  solamente para refregar sus bultos  sobre nuestros culos. Tengo la bendición o quizás la desgracia de tener un lindo culo, ser atractiva, al menos eso me dicen por la calle los acosadores y algunos compañeros de trabajo, y como remate uso faldas tubo muy cortas que marcan aun más mis curvas. Mi cabello rubio y lacio y unos pechos no muy grandes pero si puntudos me colocan dentro de un rango importante para aquellos hombres que nos usan como instrumentos para satisfacer sus más bajos instintos degenerados. Yo no ando por la vida metiendo los cuernos a mi pareja, no necesito, él me “atiende” muy bien, pero tengo un lado morboso que se lo mantengo oculto, que lo ...
    ... saco a la luz cada vez que subo al tren. Resulta que me gusta, disfruto y gozo, mientras dura unos 20 minutos ese viaje de inda y vuelta en el subte que mi culo sea refregado por la verga de algún desconocido, y más aun me excita cuando esa persona permanece atrás sin que él intente mostrar su rostro, solo siento una respiración jadeante al oído que me levanta la lívido a niveles altísimos. 
    Esta “conducta” se despertó y comencé a transitarla hace mas de 1 año cuando subí a la estación de siempre para ir al trabajo, era verano, hacía mucho calor y yo iba con una camisa blanca con transparencia que dejaba ver el soutien, una pollera muy corta y ajustada, el cabello recogido y unos tacos bastantes altos. Apenas pude entrar a ese embudo humano abriéndome  paso entre cuerpos apretujados. Estaba tan apretada que mis tetas quedaron aplastadas a la espalda de un viejo setentón que leía un periódico que ni se inmutó. Pero detrás había un hombre, supongo era joven, no me di vuelta para observarlo, no deseaba hacerlo, quería jugar con el morbo, estaba tan cerca que podía sentir su respiración. Primero sentí que me apoyaba su bulto solo cuando el tren se movía mucho, pero enseguida midió mis intenciones y se quedo apretándolo fuerte, en ese instante cerré mis ojos y jugué a que estaba sola con ese extraño , sentí un deseo irrefrenable de retener ese instante por más tiempo y lo dejé hacer. El se dio cuenta de inmediato que no iba a reaccionar negativamente, que lo estaba gozando, y  ...
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