1. Me rompen el culo en el puerto de Montevideo.


    Fecha: 22/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ver aquel edificio al cual nos encaminábamos, que allí sería donde me meterían y allí sería donde me darían por el culo aquellos hombres. 
    
         El que parecía llevar la voz cantante, además del milico que me llevaba sujetándome por el brazo, era aquel estibador que me iba manoseando el culo, que como digo además de ser más alto y tener una complexión que doblaba la mía, y que por la edad bien podría ser mi padre, ya que ya estaría bien entrado en la cuarentena, fue el que dijo a donde debíamos ir. Vamos para el otro andén, allí está más oscuro, y aunque queda mirando al mar, como todavía no ha atracado el barco, estaremos más ocultos.
    
       Joder, yo creyendo que íbamos a entrar en el edificio de la vieja nave aquella, y allí ser follado, al parecer me había equivocado, iban a follarme en aquel andén, fuera de la nave. Allí era donde tenían pensado cogerme.
    
       Nos subimos al andén, yendo para una de las partes más oscuras, quedando medio tapados por una de aquellas columnas que soportaban la estructura de aquel viejo edificio. Allí nos paramos y empezó a decirme el milico que me sujetaba por el brazo. Bueno españolito, ahora vamos a ver lo buen puto que eres, me decía volviéndome a agarrar por los genitales, llevando su mano a mi entrepierna.
    
       ¡Uy, pero si el muy puto se nos ha puesto arrecho, decía sobándome la entrepierna, seguro que estás deseando que te garchemos, ¿eh españolito? Ahora va a resultar que nos has salido puto de verdad. Decía el milico sin ...
    ... dejar de manosearme el paquete mientras el mayor de los estibadores no paraba de sobarme el culo.
       Pues no veas que colita más linda tiene, estoy deseando verle el orto y cogerlo bien cogido, si al final nos ha salido todo un puto, el españolito este.
    
       Y como coño no iba a estar empalmado, si los muy cabrones no paraban de manosearme magreándome mis genitales y culito. Claro que estaba excitado y caliente, cada vez más, viendo aquella situación. Por supuesto que tenía algo de temor, era la segunda vez en mi vida que estaba en Montevideo, y nunca había mantenido relaciones sexuales en aquel país. No sabía como trataban a los maricones como sabía que era yo desde aquel día que me desvirgaron en Zaragoza.
    
       El milico empezó a aflojarme el cinturón del pantalón, mientras el estibador seguía manoseándome el culo a la vez que decía la linda colita que tenía. Yo que estaba super nervioso, empezando a estar excitado, miraba para todas partes sin terminar de creerme que era allí donde me iban a follar.
       Dios, pero si como quien dice allí estábamos en pleno puerto de Montevideo y al aire libre. Cualquiera que pasara por allí, nos vería perfectamente. Además, si solo fuéramos 2, aún podíamos estar algo ocultos, sobre todo gracias a aquella oscuridad reinante. Pero siendo tantas personas, aquello parecía imposible que no llamáramos la atención de cualquiera que pasara por allí.
    
       Mientras el milico aflojaba mi cinturón, vi como el otro milico se abrazaba al estibador más ...
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