1. La Tía.


    Fecha: 24/08/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... misma rutina de cada año: Agregarse al contingente, caminar, hacer el culto religioso en la capillita, almorzar, trasladarse al estanque, disfrutar del paseo, comer, descansar y regresar a media tarde cuando aparecen los nubarrones, indicando la lluvia que caerá en pleno camino de regreso. Todo fue igual que el año anterior sólo que al regreso, montado en el anca del caballo de don Roque, los demás de a caballo no se apartaron de nosotros y empezó a llover ya casi llegando al pueblo. Sólo durante unos pocos minutos tuvimos la intimidad al estar cubiertos por las mangas, minutos que aprovechamos para hacer a un lado la cuadrilera, sacarle la gran verga y acariciarla sólo para esparcirla en todo lo largo, el pre que ya le estaba saliendo en abundancia, ni siquiera llegó a la eyaculación y sólo me comentó que tendría que buscar la forma de vernos a lo que le contesté que si, porque así no se puede, la verdad no daba cómo habría que hacerle. Todo aturdido por los grandes deseos no saciados y desilusionado por tan magros resultados, ya en la puerta de la casa de mis tíos, desmonté en plena lluvia y sólo alcancé a darle las gracias y las buenas noches.
    Toda la noche llovió, tenía unas ganas inmensas de coger, pero no podía salir a ningún lado y para colmo, ni el Grueso estaba en casa, sólo estaba su esposa, quien me dio de cenar, luego me fui a la cama y con la calentura que traía, me acosté totalmente desnudo. Esperaba que sus hijos regresaran, pero no llegaban. No podía ...
    ... dormir, cuando la tía se acostó en el cuarto contiguo a donde yo estaba, le pregunté por los muchachos y me dijo que por la lluvia se habían quedado en casa de su abuela, me preguntó si no podía dormir, le contesté que no y que si podía irme con ella, me contestó que sí. Ya otras veces había dormido entre ella y el Grueso, hacía 3 años, precisamente cuando empecé a coger con él, pero no se me había presentado la oportunidad de acostarme con ella otra vez. Me envolví con un cobertor y me fui a su cama, me tiré boca arriba, ella estaba de lado y quedó frente a mi, me cubrió con su cobija y su mano quedó justamente sobre mi verga medio erecta. 
    -Estás encuerado, ¿tienes frio?, voltéate para calentarte-
    Sin decir nada, bajé un poco, me di la vuelta para encontrarme con 2 grandes chichis no muy firmes, pero de buen tamaño y con unos pezones bien grandes y bastante endurecidos y con pliegues como si fueran de ciruela pasa. Metí la cara entre las dos y ella me atrajo hacia si, en unos segundos ya estaba buscando una de esas apetitosas frutas para metérmela en la boca, la sentí riquísima, empecé a chupar y ella me atraía con más fuerza hacia si, con una mano en mi cuello y con la otra en mis nalgas. Mi verga ya al 100, chocó contra su camisón, pero con un movimiento rápido y certero, ella lo apartó y la puso en la parte alta de la vulva, por ahí donde se aloja el clítoris y empezó hacer movimientos para metérsela. Con lo que había sucedido con don Roque, yo ya traía el pre en la mera ...