1. La Tía.


    Fecha: 24/08/2020, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: PPTon, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... puerta, así que el lubricante era abundante y se multiplicó con el de ella, era tanto, seguro que no había cogido desde hacía un buen de tiempo, tal vez sería porque el Grueso me estaba dando todos los días desde que llegué y no alcanzaba para ella.
    Yo no dejaba de chupar una y otra de sus chichis, eso y los roces de mi verga entrando por la parte del clítoris y con sus movimientos a su propio ritmo, le hacían gemir con fuerza retraída. En una de las chupadas que le estaba dando, sentí como se me vino una gota o chorro de un líquido salado y caliente, a la vez que ella me atrajo con tal fuerza, que más de la mitad de mi verga entró en la vagina y emitió un fuerte gemido, cada movimiento que hacía para meterse más la verga, daba un gemido. Luego, levantando la pierna, me atrajo hacia si con fuerza hasta que sus piernas quedaron rodeando mi cintura, me apretó hacia ella y la verga entró totalmente. Me apoyé de sus nalgas y empecé el mete y saca, la metía toda y la sacaba toda para sentir hasta el roce de mi cabeza con sus pelos y lo caliente y jugosa que estaba su vagina. Sin dejar de chupar una y otra de sus grandes pezones, me dio varios embates hasta que sentí cómo mi cálido semen fluía por mi uretra hasta que finalmente, entre gemidos entrelazados de ambos, se la metí toda y le deposité toda la leche que traía en 3 o 4 embates e igual cantidad de gemidos y pujidos, hasta quedar totalmente exhaustos, pero aún dentro de ella, puesto que no aflojaba la presión para ...
    ... mantenerlo dentro. Poco a poco mi pene fue cediendo hasta quedar con la pura cabeza dentro de aquella caliente y jugosa vagina y yo sin soltar el pezón que chupaba con avidez, intentando sacar más del líquido salado de la rica ciruela pasa que estaba disfrutando.
    No cabe duda que el arte de coger viene del deseo y la ausencia de prejuicios morales. Esta señora, con 50 años de vida, 35 mayor que yo, no le tuvo miedo a nada, con la mayor naturalidad del mundo, sin prejuicio alguno, sin remordimiento ni sentimiento de culpa y atendiendo a su necesidad fisiológica, tal vez por la abstinencia, supuestamente decidida por ella misma, usó sus cosas para lo que debe usarse. Pero, por otro lado, no me explico cómo es que le tiene miedo a lo grueso que lo tiene su hombre, siendo que a mí, aún con lo estrecho del culo, me ha gustado y le tomo sabor cuando lo tengo adentro, ella no tendría problema teniendo la vagina más amplia. Tuve muchas ganas de preguntarle para saber lo que realmente estaba sucediendo, pero por obvias razones no abrí la boca. Sea como sea, la señora se portó muy liberal a pesar de su entorno pueblerino y religioso, que suele caer en lo mojigato. El caso fue que la frustración por lo que no pudo ser con don Roque, se revirtió a lo bueno con lo que sucedió con la tía sin haberlo premeditado, como lo he dicho desde mi iniciación, lo malo no tiene por qué ser lo único, siempre habrá algo bueno con qué suplirlo. Las sesiones con ella siguieron esporádicamente, aquí, más que en ...