Un deseo, una vez. - Relatos Eróticos

Un deseo, una vez.

... verga de su boca, me puse atrás de ella, coloqué una almohada debajo de su vientre, levantó las nalgas ofreciendo a mi vista su pucha y su culo, coloqué la verga en su coño y empujé suavemente, poco a poco, sus gemidos me excitaban, moví más fuerte y logré hacerla venir, no dejé de mover, mi verga estaba llena de sus fluidos, puse un dedo en su culo y empujé, luego otro, era un culo estrecho, saqué la verga y apunté a su culo, abrió más las piernas, arqueó el cuerpo levantando el culo, varios intentos y entró un poco, puso la cabeza en el colchón y lanzó un grito ahogado, seguí metiendo más y más y en cada ocasión era un grito de ella, la tomé de las caderas jalándola hacia mi y acabé de meterla, la dejé un rato dentro sintiendo como se movía mi verga dentro de ella, sus respiración se hizo más agitada y empecé a mover suave, lentamente sin sacarla del todo, poco a poco, sus gemidos aumentaron, puso su mano en el coño, tocando mis huevos cada que los metía y sacaba de su concha.

Arremetía más fuerte, una y otra y otra vez hasta que me vine sentí lanzsar un fuerte chorro, mi sueño de tantos años se había cumplido.

Mi verga salió sola, me tendí a su lado, ella seguía boca abajo, con las piernas abiertas, un ...

... hilillo de semen le salía del culo mojándole la pucha, besé sus espalda, la acaricié, no dijimos nada, me quedé dormido igual que ella.

Cuando despertamos ya estaba oscuro, me levanté a prender la luz y me quedé ahí contemplándola, era muy hermosa, salí al jardín, me senté en el camastro y al poco rato me alcanzó, se recostó en el camastro, me pidió un trago “ya salimos de dudas”, “¿de qué?”, “pues de si alguna vez íbamos a estar juntos así”, me reí, “pues si, llevo muchos años soñando con esto”, “yo, no se, algunas veces, pensé que nunca me atrevería, en fin, sólo tenemos estos días”, “¿porqué?”, “me llamó Jorge, quiere que regresemos”, “¿y vas a regresar?”, “si”, “ah caray ¿y yo?”, “por eso te digo que tenemos sólo unos días”, “o sea que ¿no hay futuro?”, “si, tres días más”, “bueno, ni hablar, sólo tres días”.

Sobra decir que lo que restaba del viernes y los tres días restantes lo hicimos varias veces, gocé a plenitud de su boca, de su coño y de su culo.  Nunca más volvimos a hacerlo, mantuvimos el contacto pero nunca permitió que habláramos de lo que había pasado.  Sigue con Jorge, tienen una pequeña, ella se mantiene bella y su cuerpo, ya más maduro, sigue causándome la misma admiración y el mismo deseo.