1. Espiado mientras me daban por el culo.


    Fecha: 29/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Danisampedro91, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... el hombre que nos espiaba, hombre de aproximadamente 40 años, chupaba y lamía la polla a la vez que acariciaba aquellas pelotas que tanto me excitaban y calentaban, me gustaba la suavidad de su piel. 
    
       Sin esperar más, ni dejarme que le bajara de todo el pantalón y slip, ni siquiera dejarme acariciarle el pecho y abdomen, ya que me retiró la mano cuando se la metía por debajo de su camiseta, intentando acariciar aquel torso, me hizo poner de pie, me agarró por la cintura dándome la vuelta, pegándome contra la pared de aquella caseta donde guardaban los pertrechos.
    
       Allí pegado contra la pared, llevó su mano a mi culo, tanteó mi agujerito, y luego de escupir en su mano volvió a pasarla por la entrada de mi ano, lubricando de esta manera mi ardiente y caliente agujerito. 
    
    Yo miraba, girando la cabeza a ver que hacía, viendo en ese momento como acercaba aquella polla que hacía unos instantes estaba chupando, la colocaba en la entrada de mi agujerito, y sin más contemplaciones, sujetándome por las caderas, enterraba toda su virilidad en mí.
    
       ¡Oh! ¡ooohhh ohhh! Grité a la vez que me erguía, pegándome a la pared de aquella chabola, notando como entraba por mi culo aquella verga.
    
       Que hijo de puta, me había metido la polla de una estocada, no había tenido ningún cuidado ni consideración.  Poco le importó al muy cabrón que yo estuviera preparado o no lo estuviera. Ni siquiera me había dilatado un poquito, entró a saco y listo, ya me tenía empitonado en su ...
    ... mástil.
    
       Despacio, ¡ooohhh! Despacio, ve despacio, le pedía yo, pegado a la pared, erguido todo lo que podía, estando ensartado en aquella polla. 
       El muy hijo puta me había hecho daño, y por encima, todavía impulsaba su pelvis, queriendo ensartarme su verga bien profundo. Cosa que prácticamente era imposible, tenía sus pelotas pegadas a la entrada de mi ano, teniendo enterrada toda su hombría en lo más profundo de mis entrañas.
    
       El muy cabrón bombeaba sin parar, metiendo y sacando su polla de mi culo, haciendo que esta se fuese deslizando por mi interior, profanando mi ardiente y caliente culito.
    
       Poco a poco el dolor fue pasando, y ahora empezaba a disfrutar de la follada que me estaba metiendo aquel cabronazo, notaba como su polla rozaba mi próstata, sus pelotas y pelvis golpeaban mi caliente culito, haciéndome gemir a la vez que procuraba pegar mi culito todo lo que podía a su pelvis. Quería sentir aquella verga dentro mía, y notar como su leche preñaba mi culito, derramándose dentro de él.
    
       Escuchaba sus jadeos y el plof plof plof, de su pelvis y pelotas golpeando mi ardiente culito, mientras gritaba: ¡ohhh que gusto! ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto!
    
    
       Yo que apoyado a la pared me inclinaba procurando mantener todo lo que podía pegado mi culo a su pelvis, veía mi polla bamboleándose al ritmo de las culeadas que me daba, empezando a soltar pequeñas gotas de semen, que caían en el suelo.
    
       Empecé a notar como sus jadeos aumentaban, al igual ...
«12...456...10»