Mi inocencia interrumpida 2. "El final" - Relatos Eróticos

Mi inocencia interrumpida 2. "El final"

... brillaba de tal magnitud que me hacía lamerme los labios. Me tomó de la mano y nos fuimos al río que estaba sus aguas bien cristalinas y caliente por el radiante sol que había. Ya en agua me abrazo y me levanto de espaldas tan alto que mi culito blanquito quedó a su altura de su boca y me comenzó a besar mis nalgitas y pasar su lengua por mi anito que ya estaba palpitando de placer y me dijo que quería recordar como me rompió mi anito virgen  aquella vez en el salón de clases. Como me tenía de espaldas tomado de mis piernas como en una posición de sentado y bien abierto, que mi anito quedó expuesto directamente en dirección de ésa enorme anaconda bien parada y comenzó a bajarme lentamente hasta que por fin siento la enorme cabeza hacer presión buscando su ingreso. Con la calentura no me di cuenta que en ningún momento me preparo mi anito con sus dedos como antes y sin piedad de un solo empujon me ensarto como anticucho,  hasta topar con sus testiculos,  soltando así un grito desgarrador de inmenso dolor que por poco me desmayo y casi sin aliento le grite: negro hijo de puta me quieres matar, como te atreves clavarme sin prepararme primero choncha de tu maxxx.  Sacalo que me estás partiendo negro hijo de puta. Ya no aguantaba su verga dentro, pareciera que esa descomunal verga había crecido más y más gruesa que el agua del río se comenzó a teñir de rojo por la cantidad de sangre que caía de mi culito. Llorando le insultaba y también le suplicaba que ya me lo sacara y que me ...

... mataría si no lo saca,  auuuuuu que me as hecho por piedad,  ya no quiero, sacármelo ummmm auuuuu duele. No podía creer que ése hombre que desde hace  un  poquito lo amaba ahora lo odiaba. Pero que cren el muy salvaje en vez de sacármelo comenzó a darme unas metes y sacas tan profundas que cada vez que llegaba al fondo me brincaban los ojos y me hacía gritar muy fuerte. Eran tantas las veces que me lo sacaba y lo metía que ya parecía un trapo, me meneaba a  su antojo,  y sólo me decía aguanta putita que ahora sabrás en verdad lo que es un hombre en su estado de salvajismo disfrutando de su perra, de su puta,  Mí mente estaba en blanco y ya casi no podía respirar,  de verdad no podía creer  lo que me estaba haciendo sufrir,  sus movimientos eran tan salvajes y duros que de tanto fallar me así y escuchar lo que me decía que no recordé que en la primera vez que me reventó mi anito virgen tuve una sensación de placer con el dolor lo que se llama masoquismo y que ahora también lo comesaba a sentir, y como de arte de magia mis gritos de dolor y llanto se convirtieron en gemidos de placer y delirio de extasis y que de apoco ya le suplicaba que no parara de follarme y que sí era su perrita su putita y que podía hacerme todo lo que a él se le antoje. Así que comze a disfrutar como nunca lo abia hecho. El sabía que yo iba a doblegarme a sus salvajismo por eso es que nunca paro y siguió con más fuerza y dureza penetradome y me dijo que ahora si recién me quito mi virginidad que ahora ...