1. El celular de Franco


    Fecha: 31/08/2020, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Juanitocaminador, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Ése sábado Lucas se levantó tarde. Se metió a la ducha, jabonó su cuerpo, llegó a su pija gruesa y venosa. Se la miró, sus 24 cm estaban  realmente buenos, empezó a masturbarse despacito mientras pensaba en la noche anterior. Había estado en un telo con un pibe desconocido, un chico de 20, delicioso, que gritó y gimió y se comió hasta el fondo su herramienta. Se había quedado con ganas. Estaba un poco cansado de servir agujeros, de culearse pendejos que lo buscaban sólo por el desafío de sentir una pija de película porno dentro del culo. La paja fue larga, el agua se fue enfriando, pero al fin la descarga de leche lo relajó.
    Desayunó sus mates de siempre y ordenó la casa. Desde que se había separado de su mujer vivía en el caserón de Temperley que había sido de sus padres y sus abuelos, antiquísimo, rodeado de árboles vetustos y un jardín descuidado. A veces caminando por el jardín, se sentía un personaje de "Los 7 locos", aunque el barrio ya no fuera el pintado por Arlt. Al caserón lo rodeaban, robándole malsanamente el sol y volviendo aún más lúgubre el jardín,  los lujosos departamentos y gigantescos chalets habituales en un barrio clase media alta de un suburbio de Buenos Aires. Era un "tapado" y le importaba seguir siéndolo, ya que en barrio tradicionalista y prejuicioso, no era bien visto que un estudio contable importante fuera manejado por un "desviado", entonces de tanto en tanto sus vecinos lo veían entrar al caserón con alguna bella señorita, generalmente un ...
    ... escort VIP, a la que ni siquiera se cogía, pero pasaba dentro de la casa unas cuantas horas, salía sonriendo satisfecha y era despedida con un beso en los labios por Lucas.
    Almorzó y se puso a chatear con amigos. Sonó el celu. Era Franco, el hijo de un cliente del estudio, vecino de la otra cuadra, que a veces venía con su padre a la oficina y con el cual Lucas tenía una de esas amistades circunstanciales, más comerciales que reales. El pibe estaba estudiando Ciencias Económicas en la Universidad de Lomas, y a veces mientras el padre firmaba papeles se quedaban un rato conversando sobre la profesión. Franco, siempre bronceado por las continuas escapadas familiares a Cariló, era alto sin exagerar, delgado sin exagerar, vivaz, alegre y de mirada profunda. Lo estaba llamando para pedirle ayuda en unos problemas contables que le habían dado en la Universidad y que tenía que resolver para el lunes. -Cómo no!, estoy libre ahora, si querés venir te espero-
    Lucas borró todos los rastros de su navegación gay en la PC por las dudas y se vistió un poco más decente: un jean ajustado y una camisa negra que dejaba ver el comienzo de su pecho de macho peludo.
    A los 5 minutos sonó el timbre. Lucas abrió la gran verja de hierro, y se saludaron a la argentina, con un beso en la mejilla. Franco asombrado miraba cada ángulo del jardín, cada banco despintado, cada tronco recubierto de hiedra. Lucas sonreía, era la actitud habitual de sus visitantes.
    -Tranquilo Franco, al lobizón lo tengo atado y ...
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