Mujer madura del trabajo
Fecha: 15/12/2017,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Javig27, Fuente: CuentoRelatos
... pezones estaban duros y mi sorpresa fue muy grata, estaba contemplando los hermosos pezones de una madura, la areola era pequeña, más pequeña que las de mi novia, el color era de café clarito, los pezones eran largos y gruesos, entendiendo que ya había pasado por la crianza de dos hijos, al verlos debo confesar que me excite aún más, empecé a mamarle ese par de pezones alternando mis chupadas y lamidas entre los dos, los gemidos de ella se hicieron más intensos
-Me encanta como me mamas las tetas. -Me dijo- no pares, dale pequeños mordiscos, ay sí, así si papi que rico.
Después de unos minutos así ella se levantó de mis piernas y se puso de rodillas frente a mí, yo entendí enseguida por lo que me desabroche los pantalones y saque mi pene que estaba completamente erecto, tomo la base de mi pene y empezó a darle pequeñas lamiditas sobre el glande, esto hacia que mi pene de brincos de lo excitado que estaba, yo solo observaba inmóvil y deseoso que se meta toda mi verga en su madura y experimentada boca, me empezó a masturbar de manera lenta mientras continuaba pasando su lengua luego poco a poco empezó a mamármela de arriba abajo cada vez más rápido, yo casi olvidaba que estábamos en peligro de ser descubiertos y la excitación era tal que estaba a punto de venirme por lo que la detuve
-No quiero acabar tan rápido, quiero cogerte aquí mismo, en este momento.
-Yo también me muero porque ser cogida no te demores más. Me respondió.
Con los pechos afuera aun con el ...
... brasier puesto le desabroche el pantalón de su uniforme y se lo baje con todo y el calzoncito negro que traía puesto, me senté de nuevo en la silla y ella se sentó sobre mí, tomo mi miembro para acomodarlo e introducirlo en su vagina lentamente, no usamos ningún tipo de preservativo y pude sentir perfectamente lo lubricada que estaba, además de la sensación de su caliente vagina me puso al cien, ella empezó a montarme poco a poco y sus movimientos se volvieron mas frenéticos e intensos, yo por temor a que alguien nos escuchara, la abrace con uno de mis brazos por la cintura y sin despegarnos me puse de pie, de tal forma que ella quedo apoyada con los brazos en el borde de la tarja del lava manos, le pedí que me abrace con sus piernas y ahora si la tenía a completa disposición mía, la tome de la cintura y la empecé a embestir, mi pene entraba y salía dejando caer al piso los jugos vaginales que ella desprendía, sus gemidos era ahogados pero intensos, recuerdo muy bien como sus mejillas se pusieron muy rojas, me quede hipnotizado por el bamboleo de sus senos que se movían al ritmo de mis embestidas, a pesar de ser un rapidín, estaba disfrutando mucho del sexo salvaje que estaba teniendo y no era difícil apreciar que ella también lo estaba disfrutando, llegue al punto de no aguantar más ella dio un gemido largo y ahogado sus piernas me apretaron con más fuerza y su orgasmo fue mi señal para yo por fin correrme dentro de ella, los chorros de semen que sacaba la inundaron y mis ...