Esposa/sirvienta
Fecha: 03/10/2020,
Categorías:
Tus Relatos
Autor: Horacio 19, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... sorprendió pero a la vez me lleno de envidia, acerco su rostro hacia la entre pierna de ella pero solo dió una respiración grande y se echo para atrás riéndose de total felicidad, ella volvió hacía mi cabeza dejando caer mi camisa por atrás de mi, y me planto un beso como en el principio, más largo, con mucho deseo, mis manos ya rodeaban su cintura, la cual era muy sensual, muy bien marcada, pero para mí sorpresa Jorge toma mis manos y poco a poco las lleva hacía las nalgas de su esposa, una se queda tocando parte del vestido y parte de la piel pero la otra se queda totalmente tocando la piel de su nalga, el hizo que de ese lado el vestido se levantara y que mi mano disfrutará completamente de la piel de su esposa, posteriormente hizo algo que me sorprendió, tomo de nuevo mis manos e hizo que abriera las nalgas de su esposa muy fuerte, pero sentí como ya no se cerraron, el tenía su cabeza en medio, ella en medios besos empezó hacer quejidos, soltaba pequeños gemidos entre los besos que nos dábamos, esa situación ya me llenaba de mucha calentura, yo presionaba sus nalgas fuertemente con mis manos pero a la vez las abría y si esposo se comía todo ahí abajo, a ella le estaba gustando demasiado, no se movía estaba totalmente a nuestro servicio, ella baja sus manos y sin pensarlo ya tenía sus manos recorriendome todo mi abdomen, mi espalda baja y recorre mis zonas prohibidas, toca mis nalgas y mi pene pero levemente, estaba reconociendo mi cuerpo, quería sentir cada detalle y yo ...
... la dejaba porque tenía manos muy calidas y suaves, parte de mi quería que me tocará mi pene pues el masaje que me dió quería sentirlo ahí, pero otra parte quería que me diera un masaje por el resto del cuerpo que no había tocado, ella decide tomar la decisión, toma con una mano mis testículos los levanta y masajes de una manera fantástica, y la otra mano la coloca en mi cuello pero con algo de fuerza hace que baje y la bese en el cuello y parte de su pecho, ella sabía que hacer con nosotros dos, y nosotros solo nos dábamos vuelo de cada zona que la besábamos, los quejidos de ella ahora eran más notables, la besábamos por arriba y abajo, ella estaba siendo tomada y eso le fascinaba por lo tanto sus gemidos eran evidentes, reflejaban todo ese deseo que desbordabamos sobre ella.
La cosa se puso de una manera interesante cuando él decide levantarse, yo recorrí mis manos hacia los pechos que ya me habían aclamado ser tocados desde que se había agachado, así que mi momento de masajearlos había llegado, yo la besaba y a la vez la tocaba y el la besaba en su cuello y tocaba ahora sus nalgas, recorría a veces toda su espalda, se veía que adoraba el cuerpo de su esposa y yo ahora también lo adoraba, los tres estábamos demasiado pegados y el y yo solíamos rozar nuestros brazos y manos, no parecía molestar a ninguno pues estábamos muy aferrados a ella, por un momento sentí que el tocó un poco de mi abdomen pero la verdad no me importo, sentir las manos de ella y otras más en ese momento ...