1. Me cogio el velador de mi negocio


    Fecha: 10/10/2020, Categorías: Transexuales Tus Relatos Autor: Gabytrans, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Hola amigos, mi nombre es Gaby, soy travesti de closet, aunque mi esposa ya lo sabe desde hace varios años, todavía seguimos casados y viviendo juntos solo para guardar las apariencias.
    Bueno es caso es que hace un tiempo vinieron a visitarnos unos familiares de ella y se quedaron por casi tres semanas, y como podrán imaginar tanto mi esposa como yo ya andábamos ansiosos porque se fueran ya que ella no podía salir con su novio y pues yo no podía travestirme, así que aquel día decidí hacerlo en mi negocio después de cerrar.
    Ese día por la mañana me lleve escondida en mi portafolios una minifalda tipo escolar de cuadros rojos y negros súper cortita, una blusa blanca que se le hace un coqueto nudo debajo de los pechos, un Bra negro de encaje y una tanga también negra de encaje, además de uno de mis dildos.
    Después de que los empleados salieron llegó don Tavo, el velador de mi tienda, don Tavo es un señor de setenta años, alto y corpulento a pesar de su edad y tiene un rostro muy tierno, es el clásico abuelito amable, por eso todos en la tienda le llamamos con cariño abuelo, el caso es que le pedí que bajara la cortina de metal ya que yo me quedaría trabajando un rato en mi oficina revisando "unos pendientes" el anciano de setenta años cerro las puertas de cristal y bajo la cortina y se dirigió a la caseta de vigilancia que está a un costado del negocio, mientras yo me dirigí a mi oficina y saque mi "sexi arsenal" 
    Mientras me travestia puse una película de porno travesti ...
    ... en la computadora, después de ponerme mi femenino atuendo me maquille los labios de rojo encendido, puse sombra en mis párpados, unas discretas chapas en mis mejillas y me puse un sutil perfume femenino en mi cuello y muñecas.
    La película que estaba mirando me encendió tanto que en determinado momento me coloque de rodillas sobre el sillón de la oficina, saque mi dildo y una crema humectante y después de lubricar el dildo comencé a masturbarme introduciendolo en mi ano poco a poco mientras se me escapaba uno que otro gemido de placer, no se cuántos minutos pasaron pero de pronto sentí la presencia de alguien detrás de mi y al voltear a ver me quedé paralizada al descubrir a don Tavo parado detrás de mi con los pantalones asta los tobillos y empuñando su enorme verga que apuntaba amenazante directo asia mis nalgas, quise salir corriendo pero estaba paralizada, solo atiné a decir, - no es lo que usted cree abuelo, el anciano sonreía con su boca desprovista de dientes sin dejar de acariciar su pene que tenía un tamaño asta entonces desconocido para mí además de presentar una erección increíble para su edad.
    Me quise enderezar de aquella posición pero el viejo puso una de sus manazas sobre mi cintura para impedirmelo al tiempo que me decía, -tranquila niña, yo no estoy pensando nada yo lo único que miro es a una perrita ambrienta de verga.
    Yo solo atiné a decir de nuevo, - por favor abuelo.
    Pero para entonces ya don Tavo estaba pegado tras de mi acomodando su enorme verga en ...
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