1. Me cogieron en el estacionamiento.


    Fecha: 19/12/2017, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... me obligaban a aceptar sumisamente las ordenes de un hombre o de muchos hombres tan varoniles, nulificando mi voluntad al máximo; y aun en contra de mi carácter autoritario, y que ahora me encontraba rendida y sumamente excitada ante unos desconocidos; las manos de los cuatro hombres recorrían mi piel, casi albina mallugandola; como quien toma una fruta en sus manos para saber si esta lista para ser roída; mis cabellos rubios, dorados, y llenos de rayitos de salón caro; casi color nieve desfallecían y adornaban la fría cantera del suelo del sucio estacionamiento.
    
    Había perdido mi voluntad por completo y solo esperaba el momento en que fuera penetrada irremediablemente.
    
    -Por favor déjenme ir, alcance a suplicar inútilmente.
    
    Uno de ellos puso su zapato sucio sobre mi cabello y me inmovilizo por completo, al mismo tiempo que me esposo las manos por mi espalda a la altura de mi cintura.
    
    - No te muevas zorra, haremos esto rápido, antes de que llegue algún otro carro.
    
    De inmediato pude sentir las manos firmes de uno de mis captores tomándome con firmeza por la cintura, y arrancándome de un tirón mi tanga rompiéndola por completo, y nalgueándome rápidamente, obligándome a parar más las nalgas a base de nalgadas y gritos e insultos,
    
    Finalmente pude sentir como magistralmente su miembro erecto caliente, y bastante largo y grueso se abría paso en mi panocha abierta y mojada; empezando a bombearme con firmeza, y cada vez con más rudeza y dedicación, no pude evitarlo ...
    ... y comencé a llorar y a gemir escandalosamente; el hombre al escucharme gemir como zorra se excito aún más y empezó a darme de embestidas aún más salvajes por mi panochita, que escurría en flujos vaginales y recibió a su primer visitante de la velada sorpresiva; haciéndome emitir sin parar gemidos al por mayor.
    
    -¿Ya ves cómo te encanta zorra? Tan refinada que parecías con tu traje sastre que portas los Viernes en las Juntas Directivas; y todas son iguales ven una verga y se les olvida la alta alcurnia; ja, ja, tremendo putón serás.
    
    Al mismo tiempo otro de mis captores se acostaba en el piso y me obligaba a mamarle su polla y hacerle sexo oral, metiéndome su vergon hasta el fondo de mi garganta, provocándome arcadas, mis primeras lágrimas de la noche, y ganas de vomitar.
    
    Sus insultos que me envilecían lejos de ofenderme crearon en mi un efecto delicioso, y comencé a gemir y a jadear fatigada mientras recibía su polla en mi cola, con más fuerza y levante aún más mi grupa por instinto, como ofreciéndolas al resto del rebaño.
    
    Su verga entraba y salía a un ritmo frenético sin compasión a la vez que palmoteaba mis nalgas sin piedad alguna, de seguro dejándolas marcadas con sus manos una y otra vez; yo trataba de voltear a ver, pero de inmediato me volvían a oprimir mi cara contra el suelo con sus zapatos, ensuciando mis cabellos tan arreglados y perfumados.
    
    Podía escuchar como comenzaban a gritarse entre ellos, como pidiendo turno por mis nalgas al aire, hasta que ...