Sexo entre Machos
Fecha: 20/12/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... dejen probar carne francesa y abrazó a Muriel para luego darle un profundo beso con lengua y acariciar sus senos y el resto del cuerpo, ella por supuesto, no se quedó atrás y agarró el pene de Gregory maravillada porque era moreno y muy grueso, luego todos nos acercamos para besar y acariciar a Muriel y para cuando nos dimos cuenta nos habíamos fusionado los cinco cuerpos en uno solo, Gregory introducía su gruesa verga en el culo de la francesa mientras ella era penetrada por Eduardo, Nicolás y yo chupabamos cada uno de los pezones de la muchacha, la excitación me invadió de tal forma que mi pene se puso tieso, mi corazón latía fuertemente y dejé de preocuparme por los prejuicios, solo pensaba en culiar y culiar; actuábamos como por instinto sexual, cambiábamos de poses y mientras yo penetraba la vagina de la chica, Nicolás le lamía el ano, Gregory la besaba en la boca y Eduardo chupaba sus tetas enloquecido. Muriel tuvo sexo con cada uno de nosotros, experimentó tantos orgasmos como nunca en su vida lo hubiera imaginado e hizo que cada uno de nosotros eyacularamos en su vagina, en su culo, en su boca y en sus pechos. No se cuantas veces lancé chorros de semen y mi pene ya parecía una bazuca, pero lo que si se es que me quedé dormido y no supe nada sino hasta que volví en mi porque sentía algo rico y novedoso en mi cuerpo, al abrir mis ojos vi entrar luz del sol por la gran ventana de la habitación y entonces me di cuenta que aquella sensación tan rica venía de mi pene, ...
... levanté la cabeza y vi que Nicolás, el enorme y fornido tenista estaba completamente concentrado mamandomelo con tanto frenesí que ni siquiera se percató que yo lo estaba mirando, lo extraño es que yo no hice nada para quitarle mi miembro de su boca, ni me levanté de la cama ni grité ni le di un puñete, y no hice nada de esto sencillamente porque lo que estaba sintiendo era algo tan delicioso que no quería dejar de sentirlo, era maravilloso porque su boca subía y bajaba lubricando todo el tronco de mi verga que por cierto estaba durísima! Una de sus manos me tocaba el ombligo haciéndome cosquillas mientras la otra acariciaba dulcemente mis testículos y debajo de mis bolas, en esa zona que todos llamamos la tierra de nadie, donde un hombre jamás debe ser tocado y ahora comprendo porqué, pues uno pierde el control por completo ya que yo no tenía ninguna intención de hacer notar que había despertado sino que lo dejé actuar libremente mientras que este experto mamador guayaquileño me trasladaba al séptimo cielo del placer sexual.
Cerré mis ojos y me dejé llevar, noté que a mis lados estaban los otros dos varones y la chica completamente dormidos, sólo el gigante de origen italiano, que por cierto lucía como un semental puesto que era enorme y fornido, tenía marcados los músculos del pecho, los brazos eran muy gruesos y sus piernas y el culo no tenían descripción lógica porque eran muy desarrollados, por un momento pensé como sería penetrar aquel culo guayaco tan grande pero mi ...