1. Visitas a mi vecino (El trabajo)


    Fecha: 20/12/2017, Categorías: Masturbación Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... que siguiéramos con lo de antes. Pero, yo acababa de vaciarme…
    
    ... y, me lo lleve al sofá, con Chencho; que me miraba, como diciendo, ¿este es el guía? ¡joder!, ¡menudo tronco!.
    
    Tímidamente, Chencho, acercó sus manos a esas piernas… y, Pedro, le miró con picardía, y le dijo...
    
    - Puedes tocarme ¡eh!… me gusta que me toquen.
    
    Chencho, no necesitaba nada más…
    
    Se inclinó sobre el, y le empezó a morder la polla, por encima de los calzoncillos; mientras, le metía la mano entre las piernas; buscando su hendidura…
    
    Y, el, se retrepó.. y, colocó sus piernas sobre el sofá, para que lo tuviera mucho más fácil.
    
    Volví a sentir, ese cansancio que me tumbaba. Pero, lo que estaba viendo, me ponía palote… y, me entraron unas ganas locas de engancharme con ellos.
    
    Tenía que reaccionar, porque quería follarme ese culo otra vez.
    
    Aprovechando, que Chencho, había pasado a mayores y se había engolfado con esa raja, chupándola como si le fuera la vida en ello, me arrodillé en el sofá y empecé a comerle la boca... y, a decirle cosas, que nacían de ese deseo que el provocaba en mi.
    
    Me encantaban sus labios... y, esa lengua, con sabor a menta, que entraba en mi boca, registrándolo todo.
    
    - Me encantas, ¡cabrón!… ¿de donde has salido, tu?. No vas a librarte de mi, hasta que caiga derrotado… ¡precioso!
    
    Bajé mi cabeza y me comí la polla… ¡que buen rabo!
    
    Chencho, y yo, nos mirábamos, como si acabáramos de descubrir algo muy importante; y, seguimos disfrutando de ese ...
    ... macho, que era nuestro.
    
    Luego, le pedí que me dejara a mi; y, cargué sus piernas sobre mis hombros y volví a sentir el calor de ese culo en mi polla, que iba a reventarme. Y, Chencho engulló su apéndice para que no perdiera la compostura.
    
    ¡Que momento!…
    
    Estoy seguro de que, esto, se grabaría en mi memoria, a fuego lento. Me sentía feliz... cansado, pero feliz…
    
    Al cabo del rato, los dejé, para tumbarme en la manta en la que se estaban follando a Loren, porque no podía más y necesitaba dormir; y, alguien me puso un frasquito en la nariz, para que respirara profundamente. Luego sentí como me daban lubricante en el culo... y, un buen rabo, entró en mi, apoderándose de mis entrañas. Deseaba que fuera el de Justin.
    
    Me sobresalté y miré la hora, en el reloj de pared que había en el salón.
    
    Las siete y media, pasadas,
    
    Hice en gran esfuerzo, pero me dirigí al cuarto de baño y me di una ducha de agua fría, necesitaba despabilarme como fuera.
    
    Luego. Volví al salón, me vestí y sali de allí.
    
    Dejándome a Loren, tirado en el suelo... y, a cargo de James y del tío Enrique
    
    A, Justin, dándole a Mario, para que estuviera bien servido durante un mes... y, a Chencho, disfrutando de ese precioso macho, llamado Pedro. ¡Que lindo!
    
    Entré, con mucho cuidado, y miré, si mi abuelo todavía dormía. Sabía, que algunos días, se despertaba a orinar de madrugada. Pero, tuve suerte; estaba en la cama, durmiendo, como un angelito.
    
    Subí a mi cuarto y me metí en la cama...
    
    … y, ...
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