La señora Ysabela y yo (3)
Fecha: 21/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Otro día más en mi vida en la gris Lima, aunque estos días no lo eran en lo absoluto y sólo esperaba la sorpresa que me tenía preparada la señora Ysabela.
Seguí con mi nueva rutina, y una vez en el techo, dí unos 3 silbidos largos. Al poco rato apareció mi vecina, que al levantar la vista, sonrió y me hizo señas para que baje.
La acompañé hasta la cocina donde ella aún terminaba de cocinar.
- Y, ¿ya estas listo para una nueva experiencia?- preguntó sin voltear.
- Por supuesto, Ysa, yo soy buen alumno.- respondí entusiasmado.
- Eso ya lo estoy viendo, mi niño.- dijo conforme. Bueno, esto ya está listo, así que vamos.
Nos dirigimos al cuarto, y nos desnudamos sin apuros y con total confianza. Luego ella fue hasta la cómoda y abrió un cajón extrayendo algo que no alcancé a ver.
- ¿Qué tienes ahí?- pregunté curiosísimo.
- Algo que nos va ayudar mucho.- respondió sonriendo traviesa.
En su mano se suspendía un frasco de aceite de bebé.
- Me vas a tener que lubricar bien, pequeño.- dijo seductora.
- Eso es para...- respondí sin saber.
- Pues, que hoy vamos a probar el sexo anal.- dijo con seguridad.
Sin demorar, la señora Ysa se subió a la cama y se puso en pose de perrito; mientras me ofrecía su trasero firme y goloso.
Destapé el frasco y me unté un dedo con el aceite, para luego proceder a frotárselo en todo el ano. Mientras estaba en esta labor, una imagen me vino a la mente y la risa salió en arcadas.
- ¿De qué te ríes, pequeño?- ...
... preguntó curiosa.
- Es que... ja,ja,ja, bueno te vas a reír.- dije aguantando la risa.
- Ja,ja,ja... pero, ¡dime que cosa es!- dijo ya al borde de la desesperación.
- Pues, que imagine, ja,ja,ja, si tu esposo, mi madre y los vecinos nos vieran así, que pensarían.- dije soltando la carcajada.
- ¡Jaaaaaaaaaaa! te pasas mi niño.- dijo jocosa. Tienes una imaginación.
- Ja,ja,ja, que locura.- dije aún riendo.
- Bueno, bueno, sigamos de una vez.- dijo ordenando.
Yo seguí lubricando su delicioso ano y me animé a introducir el dedo.
- Sí, mi niño, así es.- dijo contenta.
Mi dedo se introducía completamente, ante los movimientos de mi vecina que disfrutaba con la exploración.
- Ya, por favor, empieza a meterme tu verga.- gimió arrecha.
Con la mano izquierda abría sus nalgas y con la derecha ponía el glande en la entrada de su orificio anal. Suavemente, me fui deslizando en su interior, y así, ya tenía metida toda la cabeza de mi pene.
- Ayyyy, sigue papito lindo.- gimió ella.
- Sí, ya entró la cabeza.- dije sin detener mi embestida.
A un ritmo lento, iba dejando que mi verga se introdujera centímetro a centímetro, pues iba siendo consciente de mi tamaño.
- La quiero toda dentro.- gritó con voz de hembra caliente.
Seguí atento a sus pedidos y no dudé en continuar mi labor. Sin embargo, me percaté que no sería tarea fácil pues mi verga empezaba a hacer estragos en la señora Ysa.
- Ayyyyyy, me dolió.- dijo moviéndose y sacando gran parte de ...