1. De Andrés a Andrea: Mi proceso de feminización (V y desenlace)


    Fecha: 22/12/2017, Categorías: Confesiones Autor: Andresa, Fuente: CuentoRelatos

    ... Algunos de vosotros ya la conocéis de otras ocasiones: Andrea es una chica atrapada en el cuerpo de un chico. Está en tratamiento de hormonización y su deseo es convertirse en toda una mujer, en toda una zorra. Está dispuesta y preparada para hacer todo lo que deseéis, todo. Los que la conocéis sabéis que me quedo corta y los que no, tendréis una gran sorpresa con ella”
    
    Me hizo dar un par de vueltas de su mano para que me viesen todos y después, por sorpresa, desató la venda.
    
    Había mucha luz y parpadeé, cegado.
    
    Aquel salón era inmenso. No había mucha gente y poco a poco, las siluetas comenzaron a perfilarse. Comencé a ver caras y sorprendido, las iba reconociendo. Estaban Carla, Inés, la chica que había conocido en la tienda de las chinas, ¡con la dos chinas! Estaban varios chicos de mi edad, ¡oh, no!, mi jefe, y de repente la vi. Mi mujer estaba allí, agarrada a un maromo y sonriendo.
    
    Me quería morir. Yo allí, en ropa interior, como un puta, y ellos mirándome y sonriendo.
    
    Después de un par de minutos, sin poder moverme y abrumado, Carla me cogió del brazo y me llevó a otra salita. Me hizo sentar en un sofá, llamó a mi mujer y cerró la puerta.
    
    “Andrés, cariño, no te esperabas esto, ¿verdad? Menuda sorpresita.” Yo estaba aturdido y no entendía nada.
    
    “Andrés, esta situación te la has buscado tú mismo. Empezaste a irte de putas pero cuando volvías a casa ni siquiera te preocupabas por disimular ese olor a perfume barato. Te seguí una de esas veces y ...
    ... descubrí que me ponías los cuernos. No me importaba demasiado porque si tú pasabas de mí, yo hacía lo mismo pero, al menos, te era fiel. Se nos había acabado el amor, pero a ti te daba miedo reconocerlo, había que empujarte, puta.
    
    Decidí hacer algo. Hable con Clara, tu jefa. La conocía del barrio, fuimos amigas antes de salir contigo, pero luego se estableció por su cuenta y dejamos de vernos. Yo le había seguido la pista, sabía a lo que se dedicaba y contacté con ella.
    
    Desde el principio estuvo de acuerdo. Le hablé de ti, de tu pasividad en la cama, y ella decidió conocerte para ver el mejor modo de actuar. Yo sólo buscaba venganza, ¿sabes?, hacerte sufrir, avergonzarte, zorra.
    
    Clara es una madame de lujo y se las sabe todas. Bastó con poner su tarjeta insinuante en el parabrisas de tu coche para que cayeras como un pardillo. Y descubrió pronto tu debilidad: Eras pasivo, pero porque tenías una vena femenina que ella sabía cómo hacer salir. Fue fácil, te empujó poco a poco hasta que te sentiste forzado a hacerlo, aunque en realidad lo deseabas, ¿verdad? Todas aquellas veces en que te vendó los ojos, todas, allí estaba yo, viéndote disfrutar como la zorra que eres. Alguna de las pollas que te comiste las dirigía yo, cariño. Al principio me sentí cabreada pero luego comencé a disfrutar de la situación yo también, soñando con ese momento. Te llevamos a donde quisimos, y nunca te diste cuenta de donde te estabas metiendo en realidad, ¿verdad? Hasta la chica del local de las ...