1. Conquistado a mi suegra


    Fecha: 05/11/2020, Categorías: Sexo con Maduras Tus Relatos Autor: Gabriel Ark, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... - me lo dijo con una cara, podía ver la excitación en su rostro, vi como se mordía su labio y como sus ojos irradiaban deseo. Finalmente esta diosa sería mía. Pagamos rápido y pedimos un taxi. En la espera de este ella se apegó a mi hombro y me dio su cálida mano. Hacia mucho frío, pero los dos estábamos lo suficiente caliente como para capear eso. Antes de que llegara el taxi se volteó hacia mi y me besó nuevamente. Mi pene estaba duro, ella me enardecía con solo besarme, con sólo comerse mi boca. Dentro del taxi comencé a acariciar sus piernas, me encantan porque ya se sentía un poco el efecto de los ejercicios. Sentía como ella se reía tímidamente mientras el chofer le hablaba. Yo aproveché el momento para acercar mi mano a su vagina, presioné firme mis dedos para que ella sintiera. Ella continuaba hablando con el chofer, cuando de pronto soltó un evidente gemido que trató de disipar metiéndole más conversación al taxista. Ella en vez de quejarse por mi acción, acercó su mano a mi pene y empezó a sobarlo. Puede ver como sus hermosos ojos sobresaltaban, su cara de deseo era muy obvia, no podía mantener la boca cerrada, creo que de ser por ella me habría hecho correr ahí mismo.
    
    Finalmente llegamos al motel. La señora de recepción nos miró con extrañeza, pero no le importó. Nos dio las llaves de la habitación y nos dirigimos de la mano con Karen. Esta era la última pieza, bastante grande. Tenía un jacuzzi incluido, lástima que no tuviera la silla del amor para ...
    ... practicar ciertas poses. Dejamos nuestras chaquetas en la cama y nos dispusimos a besarnos de pie. Paré un poco para poner unos lentos, recordando lo que fue hace unos minutos atrás nuestro primer beso. Me entusiasmaba que ella estuviera tan feliz, tan candente, que sus besos fueran apasionados, que sus manos estuvieran inquietas agarrándome la cara, que se dejara agarrar ese rico culo que tanto quería tener. Su lengua tampoco paraba, era choque tras choque de lenguas en nuestros besos, era una salvaje besando. Jamás pensé que fuera tan apasionada, que sus besos fueran tan adictivos. Tanta excitación estaba causando la música, los besos, la pasión que se emanaba de nuestros cuerpos, que me levantó el cuello con sus manos para poder chuparlo. Y bien que lo hacia, succionaba mi cuello y luego lo lamía, me agarraba la cara ahora para seguir besuquéandome. La agarré como un koala y me la llevé a la cama. Ahí la dejé suavemente para ponerme encima de ella y continuar besándola. Acariciaba con una mano, mientras que con la otra me dirigía lentamente desabotonando su camisa, sintiendo su piel y sus pechos. Metí mi mano debajo de su brasier sintiendo sus ricas tetas, grandes y suaves. Seguía besándola mientras jugaba con su pezón con mis dedos. No pasaron ni 10 segundos cuando este ya estaba duro. No aguanté y bajé a lamer sus pezones, a poder chupar sus ricos pechos. Abrí completamente su camisa, bajé su sostén y me dispuse a lamer sus pezones. Ella ya estaba entregada, comenzó a gemir ...
«12...678...»