El espejo (I) - Relatos Eróticos

El espejo (I)

-Nunca es tarde para volver a empezar- dijo Daniel mirándose frente al espejo.

Lima, Perú
Verano del 2016

Habían pasado 40 días y 40 noches desde que estaba encerrado en su casa, desde que para evitar la desesperación, había optado por el ostracismo, pero ahora era momento de dejar de lado la inercia, fue al baño y se afeitó la barba y bigote, luego tomó un ducha de agua caliente, su cuerpo era delgado pero no demasiado, gracias a algunos ejercicios que había realizado durante su tiempo de encierro. Se vistió con un polo color celeste y unos shorts color negro, aprovechando el calor del verano fue a dar un paseo por la playa, tardó 30 minutos en llegar, al mirar el mar le dio tranquilidad, felizmente ya había poca gente eran las 6 de la tarde, solo quedaban algunos grupos de amigos charlando o bebiendo algunas cervezas.

Se acercó a la orilla del mar a mojar sus pies y entonces lo vio: era Rafael el salvavidas que conoció el año pasado, entonces cayó en cuenta que casi sin pensarlo había ido a esa playa para buscarlo, lo vio con su traje de baño rojo que enfundaba su fornido cuerpo, rápidamente tuvo una erección, le hizo un ademán con la mano en forma de saludo y él respondió caminando para estrechar la mano.

-Hola, ¿cómo te va Daniel?- Le dijo el salvavidas sonriendo.

-Vine a pasear un momento- respondió Daniel

-Se nota que te hace falta broncearte, estás pálido-  dijo Rafael tomando su hombro.

-Es que no he salido mucho este verano…

-Ya se me ...

... extrañaba no verte por aquí, aún recuerdo el verano pasado…

-Fue un buen verano, la pasamos bien.

-Muy bien, si quieres podemos pasarla bien hoy- preguntó el salvavidas con una media sonrisa.

-Me encantaría- dijo automáticamente Daniel

-Esperame en esas rocas, en 15 minutos estoy contigo- dijo señalando unas rocas algo alejadas.

Daniel esperó impacientemente, mientras recordaba el verano pasado y lo bien que lo había pasado en esas rocas apoyado en compañía del salvavidas, estaba tan excitado que apenas se percató que un hombre pasaba cerca de ahí, parecía un vendedor  de refrescos, no le prestó mayor atención porque Rafael llegó inmediatamente.

-Quiero chupar tu pinga!- Le dijo Daniel
-Se nota que estas necesitado- Dijo Rafael mientras sacaba su verga y obligaba a inclinarse a su compañero

Daniel mamó con desesperación.pasaba su lengua por el largo mástil de su amigo, no pudo contenerse y sacándose la verga de la boca le dijo: ¡Métemela por el culo!

-¡Vaya que estas muy arrecho Danielito!- dijo el salvavidas mientras buscaba un condón y se lo colocaba.

-Deja de hablar y cáchame de una vez - pidió Daniel  mientras ponía saliva en su ano.

Poco a poco lo fue penetrando y el ritmo iba creciendo haciendo a ambos cuerpos jadear y sudar, estaban tan concentrados en su goce que no se percataron de la presencia de un hombre que a unos metros observaba, era de contextura gruesa y calvo, era el vendedor de refrescos, quien se había excitado al ver el encuentro ...