La inauguración - Relatos Eróticos

La inauguración

La conocí en la recepción de una oficina, tenía una cita para presentar un proyecto, después me enteré que era el primer día de trabajo de ella. Me senté frente a ella, su cara era hermosa, su cabello rizado largo, tenia un traje sastre beige que dejaba ver una parte de un calzoncito blanco, me fue imposible quitar la vista de ahí, cuando le dijeron que podía pasar, se levantó y pude admirar su cuerpo completo, esbelta, bien formada, destacando sus nalgas que se delineaban en la falda, sus caderas anchas y unas nalgas redondas.

Me indicaron que podía pasar, había varias personas, me presentaron a todas y ahí estaba ella, Sandra, que sería la encargada de revisar los avances de mi proyecto. A partir de ahí nos reunimos con frecuencia, siempre elegante, sensual, nunca la vi vestida con pantalón. Hicimos buena química, nunca dejé de admirar su cuerpo. Poco a poco fuimos intimando, me enteré que tenía 31 años y que vivía sólo con su mamá.

El día que presenté el resultado del proyecto y fue aprobado, la invité a celebrar, pasé por ella en la tarde-noche, iba hermosa, falda blanca a las rodillas, blusa blanca, tacones, un blazer azul marino.  En la cena se tomó cuatro tequilas, yo no bebo, un rato después la invité a bailar y aceptó, salimos del restaurante y fuimos a la terraza de un hotel cercano, tomó varios tequilas más, en la pista aproveché para besarla y me correspondió, regresamos a la mesa, la luz y los tequilas ayudaron, seguimos besándonos y deslicé mi ...

... pretensión, le dije que quería estar a solas con ella, me respondió que ella también, me levanté, pedí la cuenta y le pregunté al mesero si podía conseguirme una habitación, pagué, recibí la tarjeta y salimos.

Entramos a la habitación, desde la ventana se veían las luces de la Ciudad, se aproximó a ella, la abracé por atrás, aparté su cabello, besé su nuca, se estremeció, mis manos en su cintura, mi cuerpo pegado al de ella, volvió la cara y nos besamos, subí las manos y las coloqué en su pecho, desabroché su blusa y metí las manos, bajé su bra y empecé a acariciar sus tetas, sus pezones se endurecieron, era pequeños, mi verga reaccionó moviéndose debajo de mi pantalón, percibía sus nalgas en ella, le quité el blazer y la blusa, se dio la vuelta, sus tetas desnudas sobre el bra me excitaron más de lo que ya estaba, la abracé, bajé mis manos a sus nalgas, subí poco a poco la falda hasta sentir la orilla de sus medias, abrió las piernas, me aferré a sus nalgas, duras, redondas, la tela suave de su calzón y la tibieza de su piel aceleraron mi ritmo cardiaco, mi verga la reclamaba, recorrí el medio de sus nalgas con los dedos, metiéndole el calzón entre ellas, encontré su pucha, su calzón estaba ya húmedo, coloqué un dedo en ella oprimiendo encima del calzón, gimió, no dejábamos de besarnos, hallé el cierre de la falda, lo bajé y la dejé caer al suelo.

Me regaló una vista impresionante, sus tetas desnudas sobre el bra, sus pequeños pezones erectos, su calzón metido en su pucha, las ...