1. Lo que nos pasó en el omnibus


    Fecha: 24/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lagañas de un ojo y después del otro, para volver a mirar por tercera o cuarta vez el bulto del señor, así que miré bien su entrepierna durante un ratito, pero con mi cabeza baja para que no se notase hacia donde se dirigían mis ojos.
    
    El señor tenía todo acomodado en el lado izquierdo del pantalón, la parte de abajo parecía una pelota o un globo medio desinflado y la parte de arriba estaba encima de la pelota para abajo, pero era gruesa y grande. Y lo que me llamó la atención es que todo eso se le veía porque le hacía relieve a través de la tela del pantalón y también se le marcaba la cabezota de la punta. Me produjo mucha excitación.
    
    Giré la cabeza, miré por la ventana y le señalé una vidriera a Mary mientras le dije bajito que mirara al hombre, porque quise compartir eso con mi amiga.
    
    Ella no sabía de qué se trataba, hasta que le expliqué qué era lo que resultaba interesante ver, y la muy torpe se asomó delante de mí y le miró el bulto sin ningún disimulo. Por suerte el señor seguía mirando por la ventana y pareció que nadie se había dado cuenta.
    
    Mary y yo le miramos el bulto al señor varias veces y al ratito vi a Mary que tenía el rostro encendido y pensé que yo también debía estar colorada, y no sabía qué hacer.
    
    Unos minutos después Mary se acercó hacia mí, reclinó su cabeza apoyándola sobre la mía, me pasó en forma cariñosa su brazo izquierdo por detrás de mi cuello y me tomó con su mano mi hombro izquierdo. Al ratito, Mary se apretó aún más cerquita de ...
    ... mí.
    
    La cantidad de pasajeros hizo que enseguida el señor cambiara de lugar, más para atrás, de modo que lo que había mirado ya había quedado fuera de mi vista, pero igual me las ingenié para mirarle su bulto fingiendo examinar la calle a través de las ventanas del lado opuesto del ómnibus, repasando con la vista una y otra vez ese bulto que me gustaba tanto y me excitaba.
    
    Pero yo también estaba confundida, porque aunque yo quiero mucho a Mary y siempre nos excitamos juntas, esta vez ella se había puesto cariñosa conmigo mientras que lo que a mí me turbaba en ese momento era otra cosa, es decir que me estaba gustando una cosa distinta a lo que me podía producir la proximidad de Mary, por que yo estaba obsesionada en mirarle la entrepierna al señor, y de tanto que me gustaba me había mojado y me habían dado dos o tres espasmos.
    
    El ómnibus ya estaba completo y al ratito Mary me susurró al oído que lo estaba tocando. No sabía qué me decía hasta que me explicó bajito, con su cabeza reclinada sobre mí como estaba, que le estaba tocando el bulto al señor con la mano que ella tenía sobre mi hombro izquierdo, porque el señor ya estaba arrimado a nuestro asiento debido a la cantidad de gente.
    
    Mary y yo permanecimos así, y no tardé en darme cuenta que Mary estaba aún más excitada. Yo la conocía bien en eso y su respiración estaba un poco agitada. Es decir que ella había puesto su mano sobre mi hombro pero no por mí, sino para procurar tocarle el bulto al señor.
    
    Esto que ...