El villerito 6: cambio de rumbo
Fecha: 24/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... de Gonzalo que me esperaba en la esquina. A partir de ese momento estudiaba todo el día, Gonzalo llegaba a las 8 de la noche, cenábamos juntos y después me hacía el amor hasta que mi culito rebalsaba de leche, nunca menos de dos polvos, casi siempre tres. Yo acababa y acababa sin tocarme, mi concha de macho me daba tanto placer!, mi Gonzalo me daba tanto placer! Cuando llegó el verano, Gonzalo empezó a fletar a las dos viejas el fin de semana. Sábado y domingo prohibida la ropa Claudio!, desayunábamos en pelotas, almorzábamos en pelotas y nos pasábamos los dos días en pelotas en la piscina, mi nalguis quedaron bronceadísimas, cogíamos en el borde de la pileta, se la mamaba bajo el agua, pero lo que más me gustaba era acostarme boca abajo en uno de los bancos de madera del jardín y que Gonza me hiciera el amor mientras el sol se colaba entre los árboles. Cada vez conversábamos más, cada vez nos mimábamos más, de a poco dejé de hablar como villero, me empecé a preocupar por otras cosas. En diciembre rendí cuarto y quinto. En febrero rendí sexto. Cuando salí de la escuela, antes de volver a casa, pasé por un shopping. Me metí en el mejor y más lujoso local de lencería femenina. Gonzalo nunca me había dado un mango, pero de los pocos manguitos que yo ganaba casi no gastaba nada porque Gon, tía Tere y tía Pau me daban todo lo que necesitaba. Encaré a la pendeja más linda. Le pedí una tanga y un baby doll rojos. Tamaño?, preguntó. Como para mí, le dije. Sonrió. Me trajo varios, ...
... elegí. Me probé el baby doll sobre la ropa. Me quedará bien?, le pregunté. Si su novia tiene su misma altura pero es más delgadita, le va a quedar bien. No, no es para mi novia, es para mí. Me miró extrañada, luego comprendió, se puso seria, me parece que no le gustaban mucho los putos. Me trajo un talle más. Le pregunté por la tanga, me miró el culazo, arqueó las cejas, también me trajo un talle más. Llegué a la casa, abracé y levanté por el aire a tía Tere, comí a besos a tía Pau. Almorzamos juntos y me fui al escritorio a esperarlo a Gon. Llené el jacuzzi de sales de baño y me di un baño largo y profundo. Salí perfumado, me sequé, me puse crema en las nalguis, y después Kenzo en los pezones y alrededor del ojetito (uy, cómo arde). Me puse la tanga, no sabía cómo acomodar la pija, me la saqué, me paré frente al espejo y me escondí la pija en la ingle, qué sugestivo me veía!, mi abundante bosque de pendejos sin la pija en el medio sugerían una concha, me excité y se me empezó a parar. Pensé que si Gon quisiera una concha se cogería una mina. Entonces cómo me la acomodaba? No había opción, para arriba, aunque un buen pedazo me quedara por sobre el elástico. Me volví a poner la tanga. Me miré en el espejo, quebré la cadera, wow!, qué hermoso me veía, qué culo divino!, si no fuera tan puto me cogería a mi mismo, me dije. Me puse el baby doll, cuando cayó sobre mi cuerpo, la suavidad de la seda me fascinó. Me llegaba justo a mitad de las nalguis, me tapaba el pedazo de verga que no ...