LA ROMÁNTICA SAGA DEL VIEJO Y LA GORDITA - Relatos Eróticos

LA ROMÁNTICA SAGA DEL VIEJO Y LA GORDITA

... con el dueño, lo llamaba por su nombre y lo tuteaba, pero no me parecía ni su hija ni su esposa, y no iba a preguntar. Hasta que llegó el día: “Trabajá tranquilo, cuando quieras irte te vas, sin problema, no vengo hasta la noche”, y mi cliente se fue… y ELLA apareció al instante. Tenía una blusa muy escotada y suelta y unos pequeños pantaloncitos que dejaban ver el inicio de sus glúteos y el pliegue de la ingle.
-¿Te quedás sola muchas veces? –empecé a tirar los hilos, para ver qué pasaba.
-No, casi nunca, o está alguno de los hijos, o los hermanos, o los sobrinos, siempre hay alguno. 
-¿Y qué hacés?
-Bueno…, casi nada, lo ayudo en algunas cosas…, cuando no estoy ocupada…
	Muy poco claro, o no claro a propósito.
-Supongo que todos querrán tenerte “ocupada” ¿no?
-Y… a veces sí…
-Hoy, por ejemplo, vendrá alguno?
-No, hoy no, seguro. –Su mirada y su sonrisa lo decía todo. Yo desconfiaba un poco, “cuando la limosna es grande…”-, pero… qué se yo…, me había recalentado…
	Fue cuando me paré, fui hacia ella…
-Yo quisiera tenerte ocupada…
-¿Que quiere usted de mí, caballero?
-No te hagás la Coca.
-¿La qué?
Y comenzó la diversión…

Luego, revolcados en la cama de su habitación, me contó algunas de sus “ocupaciones”; que le pagaban muy bien, que le hacían regalos, que a veces estaba con el hijo y los sobrinos, de a uno o con los tres, o con los hermanos del dueño, en fin, cuando había que trabajar… venía alguna otra…
Entre otras cosas, aparte de sus múltiples hazañas ...

... sexuales, parece, por lo menos a ella le parece, que el patrón no sabe nada de las revolcadas con sus amigos y parientes, cree que solo coge con él, por lo menos nunca la pescó o le dijo nada al respecto. Y en tren de confidencias me contó que usa DIU para evitar problemas, pero a los muchachos les hace usar condón de cualquier forma, pues no sabe con quiénes pueden andar. Además, y esto me gustó, me dijo, de buenas a primera, mientras le chupaba la concha, que no era una “prostituta”, que lo hacía porque le gustaba y con quien le gustara, y que yo le había gustado en cuanto me vio, tranquilo y amable, que sabía dar las gracias, y que no me pidió que me pusiera condón, porque yo tengo cara de “hombre serio y responsable”. ME ENCANTA, realmente me encanta, es muy dulce en su franqueza, “si a los varones les gusta, porque no a las mujeres?” Y ELLA explicaba: “A nosotras, si nos gusta coger nos llaman PUTAS… A los varones que les gusta voltearse a toda mina que encuentran no los llaman PUTOS. Ya que joden tanto con eso, todos, todas, dentista, dentisto, pianista, pianisto, y todas esas boludeces, también tendría que ser PUTAS, PUTOS… ¿no?” 
¡Ja! Divina la gordita, ¡filosofando como una intelectual!
Y sin duda le encanta intercambiar sexo por todas partes, pues en los diez minutos que habló, mientras yo chupaba, me bañó la cara con tres orgasmos! Pero aprendí algo; cuando paraba de hablar, suspiraba profundo y algunos gemidos, muy suave, nunca a los gritos, era cuando venía la ...