1. De pija a sumisa


    Fecha: 25/12/2017, Categorías: Otras Categorías, Autor: Carlosle, Fuente: CuentoRelatos

    ... le cayera por la barbilla hasta ir a parar a su escote que en poco tiempo estaba encharcado, verla así, a ella que siempre era tan pija, de rodillas, toda encharcada en su propia baba, con la cara desencajada, me ponía todavía más a cien. A la tercera o cuarta vez de meter y sacar en vez de poner las manos en mi ingle para parar, me cogía por las nalgas sacaba la lengua toda para afuera y empujaba con fuerza hasta que la punta de ésta tocaba mis huevos. Al cabo de un rato de estar así sentí como me llegaba la corrida, le inundé la cara y la boca de leche, otra cosa que nunca hiciera antes, siempre me había corrido en su coño, en su barriga o todo lo más en sus tetas.
    
    La verdad es que cuando acabé estaba arrepentido, nunca antes la trate de esa manera, ella siempre era muy señorita, muy fina, en el sexo aunque practicamos posturas, oral y esas cosa, teníamos ciertos límites, la eyaculación en el coño o por el cuerpo, nunca en la cara y menos en la boca, ella siempre decía que le daba mucho asco, tampoco anal porque le dolía. La verdad es que yo tampoco lo echaba de menos me gustaba lo que hacía con ella, aunque como ya dije por aquel entonces estábamos bastante desganados.
    
    Me senté en la cama con mis remordimientos mientras ella se limpiaba la cara con una toallita
    
    - ¿Qué te pasa? -Me pregunto sin dejar de limpiarse
    
    -Siento haber sido tan bruto -Dije arrepentido de verdad
    
    Ella dejó de hacer lo que estaba haciendo, se puso de pie delante de mí, me miró durante ...
    ... un rato sin decir palabra, acto seguido abrió las piernas, cogió mi mano, la metió por debajo de la falda hasta que llegó a las bragas. Me quedé sorprendido de encontrarlas empapadas, parecía que se había meado, cuando me fijé en su falda descubrí grandes mojones, mi esposa tan pija ella se había corrido como nunca haciendo de zorra. Aún tenía la mano en su coño cuando acercándose a mi oído con voz sensual me dijo:
    
    −Me encanta ser tuya, haz de mí lo que quieras.
    
    La muy puta volvió a encender mi polla, la empuje contra la pared, le arranqué las bragas, le quité la falda y empecé a azotarle las nalgas, primero eran cachetes suaves, pero a cada palmada ella se retorcía y pedía más, fui aumentando la intensidad, cuanto más rojas se le ponían las cachas, mas gemía de placer y más se le hinchaba el coño. La verdad es que me estaba volviendo loco, llegue a tal punto de excitación que ya no sabía lo que hacía. La empujé para encima de la cama, la puse a cuatro patas, le mojé bien el culo y se la clave, mientras le follaba ese agujero por donde nunca se la había clavado le decía:
    
    −Eres mi puta ¿Eh?
    
    −Sí, mi amo -Esa sumisión me encendió todavía más
    
    −Si me quedo sin trabajo te pongo a follar pollas
    
    −Sí, tú quieres
    
    −Y a comer coños
    
    −Haré lo que tú quieras
    
    Esa forma de dirigirse a mi tan sumisa me esclavizó a mí a ella para siempre, sentí que esa entrega total provocaba que la amase como nunca y al mismo tiempo fui absolutamente consciente de que nunca más podría ...