1. Dulce y amarga amistad (13 y último)


    Fecha: 26/12/2017, Categorías: Infidelidad Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... polo hasta rozar mi tetilla y acariciarla.
    
    -Por Dios Álvaro, párate ya, dime lo que sea y no juegues conmigo. -Dio la vuelta al columpio y se arrodilló sobre el verde césped, entre mis piernas abiertas.
    
    -¿De verdad, pero de verdad, no imaginas lo que quiero decirte, lo que ya te estoy gritando arrodillado? -Gemí y cerré los ojos.
    
    -No se nada Álvaro, me confundes y temo engañarme. -Bajó la cabeza y depositó los labios en mi pierna desnuda haciéndome temblar, despacito tiraba de mis piernas deslizándome de la tabla hasta que caí encima de él.
    
    -Te quiero Jesús, te quiero, tan difícil es de que lo veas. -No sabía si llorar o reír, iba a hablar y colocó los dedos en mis labios.
    
    -Desde siempre te he querido y no lo notabas porque tenías un mundo diferente, un mundo mágico a tu alededor. Quería decírtelo, sí, pero eras el niño mimado por todos y Alfonso se me adelantó. Luego, igual puedes recordarlo, cuando le visitamos en el hospital con Demian, tenía una esperanza al marchar Alfonso lejos, y desapareció aquella misma tarde, se fue como había llegado, tu primo supo aprovechar el momento, fue más listo, yo me quedé cuidando al enfermo y se te me llevó.
    
    Veía en sus ojos la sinceridad absoluta y no podía creerlo. -Le acaricié la cara con miedo.
    
    -¡Cuánto daño te tuve que hacer!
    
    -Bueno, tu eras feliz y eso para mi era lo primordial, lo más importante después de todo.
    
    -Yo también te quiero Álvaro, he estado dormido hasta hace muy poco tiempo, te dejé pasar, lo ...
    ... siento, lamento tanto no haberme dado cuenta de que estaba siempre ahí, junto a mi en los peores momentos para que no estuviera solo. y en los mejores para acompañarme.
    
    -No llores, no sabes como me rompes, ninguno hemos tenido culpa y ahora, ahora es el presente, lo demás pasado, dime otra vez que me quieres Jesús, mil veces, dímelo siempre mi vida. -Me dio la vuelta y quedó sobre mi, bebiendo las lágrimas que yo vertía.
    
    -Te quiero Álvaro, te quiero, te amo. -Evitó que siguiera diciendo te amo con sus besos, estaba dispuesto a repetirlo hasta el infinito.
    
    -Jesús, mi vida no vuelvas a escaparte, ya han sido dos veces y no soportaré una tercera.
    
    Nos besamos hasta que nuestros labios estuvieron a punto de sangre, su amado cuerpo sobre mi, encerrado, aprisionado, encadenado entre mis piernas para evitar que se fuera, teniendo de testigos a Draco que sin entender movía a veces la cola, a las pequeñas, algodonosas y blancas nubes, al radiante sol que ya quemaba, a las ramas del viejo tejo, que cómplices de nuestras expresiones de amor nos cobijaban.
    
    La felicidad me transportaba a mundos maravillosos, donde solo sentía sus labios calientes besando toda mi cara, mi cuello; sus ardorosas y ávidas manos recorriéndome el pecho por debajo del polo y mis piernas desnudas enredadas en su cintura; el peso de su amado cuerpo sobre el mío evitando que me moviera.
    
    -Álvaro amor, tenemos que movernos, se me queda todo dormido.
    
    -Mi vida te estoy aplastando sin darme cuenta. ...
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