1. DIVERSIón asegurada.


    Fecha: 26/12/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mientras ella no paraba de follarme, le susurré al oido "ahora es mi turno" y tome el mando de las operaciones.
    
    Saqué tres pañuelos que había traido para la ocasión, con uno le tapé los ojos, con otro la amordacé, y con el tercero, después de ponerla en cuatro patas en la cama, le até las dos muñecas al cabecero. Ella estaba nerviosa, nerviosa y excitada. Con su cabeza hacía el gesto de negación, pero cada vez que la tocaba se estremecía, diversi sabía que podía estar metiendo la pata, yo podía ser cualquier pervertido que deseara joderle la vida. Pero no era el caso, iba a hacer que no olvidara esta noche cuando volviera con su marido.
    
    Comencé a embestirla por detrás. "Por fin tengo este culo a mi disposición" le dije. Comencé a follármela sin piedad. Agarraba ese culo con las dos manos fuertemente, había soñado con él mientras me follaba a mi novia y no me estaba decepcionando, el sonido de su pubis contra el mio me estaba volviendo loco y la sensación de dominio de la situación me estaba llevando al extasis. Aumenté la velocidad, no tardaría en correrme, y ella tampoco daba la impresión de tardar ...
    ... demasiado. Decidí quitarle la mordaza y destaparle los ojos, hay pocas cosas que me exciten más que los gemidos de una mujer cuando está cerca del orgasmo, y no iba a perdérmelos...entonces ella me sorprendió..."Azotame!, quiero que me azotes el culo!" - me dijo-. "Tus deseos son ordenes, princesa" - le respondí-. Mientras seguía empujando, le azoté varias veces el trasero, ella giraba la cabeza para ver el espectáculo pidiendo más. En ese momento vi como se derrumbaba en la cama gritando mientras se corria. " Madre mía, me encanta, me encantá siiiiiiii!", gritó.
    
    A mi me quedaba poco y no lo iba a desaprovechar.
    
    Me aparté y le desaté las manos, le di la vuelta y comencé a masturbarme al lado de ella mientras me decía lo deseosa que estaba de notar mi semen caliente sobre ella. Eyaculé sobre su pecho y mientras jadeaba, ella, con su boca, limpió los restos de semen de mi polla, rendida ya en ese momento.
    
    Eran las 13:30, yo tenía que volver a las 6 a mi casa y ella le había dicho a su marido que llegaría para la cena, así que todavía nos quedaba una eternidad para disfrutar, pero eso, os lo contaré tal vez otro dia. 
«123»