1. El mendigo


    Fecha: 27/12/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... piscina donde se bañaban los niños de la familia el agua le llegaba poco más arriba de las rodillas y el bóxer se le había bajado por el peso del agua dejando libre a aquel hermoso huevo que me tenía como a una perra. Él se dio cuenta y se arrodilló para acomodarse el bóxer, yo me lancé una carcajada, acercándome a él, me paré frente a él, quien se levantó y el bóxer volvió a bajársele. - Hagamos una vaina chico y se acaba el problema, dije yo y me doblé quitándome el mío. - Quítate tú el tuyo y problema resuelto, total estamos solos. Él lo pensó unos segundos y mirando alrededor se encogió de hombros y me imitó, ahí si me fui para la parte honda pues me puse cachuo de una. el agua me llegaba casi a las tetillas él se me fue acercando. - Por qué haces esto? - Hacer qué? Respondí haciéndome el guevon - Traerme a mí en las condiciones en que ando a tu casa y tratarme con tanta consideración. Me quedé callado, que podía decirle. - No te asustes, soy una persona completamente normal, jamás te haría daño. - Yo lo sé, dije yo débilmente, por eso te traje para acá. - Dime que puedo hacer por ti, lo que sea, yo hago lo que tú me pidas. Yo no encontraba que responder, clavé la vista en el agua, él se acercó y me levantó la cara. - He notado como me miras, dijo el acercándose más, yo temblé de pies a cabeza. - Que quieres que haga por ti, dijo con su boca a centímetros de la mía, y yo completamente ruino le planté el beso, al tiempo que lo abracé, nuestros cuerpos se pegaron y ...
    ... seguimos besándonos por varios minutos, lo llevé a la orilla de la piscina donde el agua le llegaba a las rodillas y comencé a acariciarlo. - Seguro que aquí no llega nadie. - Completamente, pero si quieres podemos entrar a la casa - El me obligó a arrodillarme y me colocó el guevo cerca de la cara, yo se lo agarre con ambas manos era grueso y pesado y sus bolas pesadas y grandes. Así mismo aproveché para examinarlo no fuera a tener síntomas de alguna enfermedad, pero nada que ver, aquel machete era perfecto. - Tranquilo chamo, yo estoy sano, me dijo el, yo comencé a besarlo lo besé de punta a punta y luego las bolas, luego comencé a lamerle las bolas para subir al guevo desde el tronco y le pelé la cabeza la cual lamí como si fuera una chupeta. Él se agarraba de mis hombros fuertemente yo lamia y relamía hasta que me metí la cabeza a la boca, ya aquel gigante se estaba despertando y al tercer chupón de cabeza se había puesto como un pedazo de hierro, sin decirles mentira debía medir más de 24 centímetros, traté de tragármelo lo más que pude, pero debido al grosor me metería unos 12 centímetros. Él me tomó por las orejas y comenzó a cogerme por la boca, pero en ningún momento trató de metérmelo todo o de ahogarme, al contrario se mostraba delicado conmigo. Yo me levanté y lo volví a besar. - Vamos a la casa por favor, dije tomándolo de la mano, sacándolo del agua y guiándolo hacia adentro, entramos por la cocina, íbamos chorreando agua por el camino. - Estamos haciendo un desastre, ...
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