Dos adulterios en uno (mamá e hija) - Relatos Eróticos

Dos adulterios en uno (mamá e hija)

Dos adulterios en uno (mamá e hija).
La historia es verídica, me sucedió a mi.  De lado sexual es lo mejor que me ha pasado.
Vengo de una familia humilde, soy moreno claro, mido 1.80 mt, soy de complexión fuerte y con mucho esfuerzo y sacrificio de mis padres logre graduarme de Ingeniero Civil o de Construcción a los 28 años.  En mi primer trabajo me enviaron a dirigir la construcción de un puente en un lejano pueblo, pues a los novatos como yo la compañía los envía a las obras más remotas.  No diré el nombre del pueblo pues no quisiera que alguien reconociera la historia.

Es el caso que en ese pequeño pueblo no hay hoteles, asi que la compañía me buscó un hogar y como huesped.  Al llegar la gente me indicó donde, debo decir que era una de las mejores casas del pueblo.  Al tocar la puerta me encontré con tres personas,  Don Luis (señor de la casa),  Julia (señora de la casa) y  Andrea (hija de la señora ya casada),   Me estaban esperando, me saludaron y me dieron un refresco.  Julia, la esposa, es una mujer morena, de ojos engros grandes, excelente figura, que tiene dos senos grandes, y una linda sonrisa, me indicó donde era mi habitación.  Su hija, Andrea, con apenas 22 años, ya tenía dos de casada, sin hijos aún, era muy bella como su mamá, pero con menos senos, su rostro menos atractivo, creo que los aplausos se los gana su mamá Julia.  

Conviví con ellos la primera semana, todo bien.  La señora y su hija con muchas atenciones conmigo.  En mi primer fin de ...

... semana alli en el pueblo, Andrea esperó a que yo estuviera solo y me dijo que me daría una cena de bienvenida en su casa, lo cual encontré de buen ver, estaba yo agradecido.  Me dijo que no le dijera nada a su mamá, lo cual vi sospechoso, pero no era tan raro en estos tiempos. 

Llegó el sábado por la noche, me alisté, le dije a doña Julia que iría con unos amigos de la compañía.  Me dirigí a la casa de Andrea, ella me abrió, pude ver que no había más invitados aún.  Ella me corroboró que no habría más invitados.  Luego nos fuimos a la sala.  La casa de Andrea era más moderna y grande que la de sus papás, estaba casada con un tipo que hacía negocios en los Estados Unidos importando autos que vendía en otra provincia.  Me sirvió una copa de vino y cenamos.  Ella me comentó ya con dos copas de vino, que se había casado muy joven, que ella hubiera querido conocer un poco más el mundo, pero que un embarazo no planificado aceleró su casamiento con el novio.  Pero con tan mala fortuna que fue un embarazo útopico que fracasó.   Del comedor pasamos de nuevo a la Sala a seguir tomando vino.

Luego cambiamos de tema y ella resultó muy símpatica y de buen platicar.  En eso entre copitas de vino, y una que otra indirecta, nos fuimos tuteando, hasta que finalmente nos besamos, le dije que si no había problema con su marido.  Ella me dijo -él tiene como un mes de no venir a casa, yo creo que tiene otra-,  fue la mejor contestación que deseaba oír,  asi que seguimos besándonos lentamente, ...