Mis deseos prohibidos 7. Primera vez. Parte 2 - Relatos Eróticos

Mis deseos prohibidos 7. Primera vez. Parte 2

... pensarán que yo voy a mi casa y que tu estas en tu máquina y ya no dirán nada y si tu mamá viene la muchacha nos va avisar por el chat y aquí lo veremos y saldrás a tu cubículo como si nada, ahora podemos hacer todo lo que ti quieras mi pequeña. Yo me emocioné muchísimo, mi sonrisa era enorme y parecerá estúpido, a mi parece estúpido ahora jaja pero en ese momento quería llorar de felicidad, nací puta, me hacía feliz saber que podría hacer de todo con el, que más da. Ese primer día me pidió ver primero unos vídeos porno juntos, luego me enseñó un conjunto nuevo, ya tenía demasiados pero le había gustado mucho ese y por supuesto yo encantada de modelarlo, está vez me cambié frene a el pero le pedí voltearse, cuando estuve lista el quedó muy contento con lo que vió, sentado en la cama me veía bailarle, me movía como toda una puta, me empinaba, me abría las nalgas, me agachaba y me abría y también me ponía de perrito y por último me quedé en sólo la tanga, decidí llegar más lejos; le di la espalda, me empiné lo más que pide mientras bajaba lentamente la tanga, mojada, sentía como mis jugos espesos se desprendía de mi vulva y mi tanga, cuando llegué hasta abajo voltee a verlo y tenía su verga de fuera, está muy dura, se masturbaba despacio y podía ver que lubricaba. Me apoyé en el escritorio de la compu, levanté bien la cola como le gustaba y comencé a masturbarme, está vez gemia sin contenerme, puso música alta, por si se llegaba a oir, yo gemía más, ¡tócame!  Se levantó y se ...

... agachó frente a mi culo, me acariciaba las nalgas, las abría y las masajeaba, empezó a sobarme la vulva como siempre, yo goteaba de placer, sentía su respiración en mi culo, me frotaba lento y subía de a poco la velocidad, entonces se levantó, besó mi cuello, me sostuvo del pelo mientras me daba un par de ricas nalgadas, luego me sujetó del cuello mientras sus dedos se deslizaban por toda mi vulva y mi clítoris, gemía y gemía, más y más fuerte, me apretaba del cuello y me besaba la oreja mientras me susurraba lo rica, caliente y mojada que estaba, y yo le susurraba "soy tu putita" su ritmo aumento y su pulgar se clavaba un poco en mi ano, no me dolía, quería más pero me dejaba enseñar, mi humedad era abundante, podía escucharse en el movimiento, cuando empecé a tensarme aumento al máximo la fuerza y rapidez y metía el pulgar en mi ano, sentí que iba a gritar pero ese grito se ahogó por la fuerza de mi orgasmo, quise quitarle la mano pero era tarde, mis piernas temblaron y flaquearon, me sostuvo de la cintura con un brazo mientras su otra mano apretaba toda mi vulva y yo su mano, sentí su pene chocar con mi nalga y dejarme su lubricante, mis piernas se doblaban y entonces el me abrazó, me cargo u me dejó en la cama, acababa de tener mi primer orgasmo y chorro inmenso que había salido de mi, inmenso para mi en ese entonces, era la prueba. Me acarició, me besó, no sólo mi vulva para nada, hubiera querido tocarlo, masturbarlo, pero apenas podía asimilar el placer que sentía, me ...