Mi compañero del cole me hizo suyo en los baños - Relatos Eróticos

Mi compañero del cole me hizo suyo en los baños

... quiero verga – su expresión rápidamente cambió de confusión a picardía, nada como ver un hombre deseando ser deslechado, y mejor aún, ser tú la boquita que se la mamará.
K: Vamos. Anda primero y te llego en un minuto.
Fuck, está sucediendo. Me levanté rápidamente y disimuladamente entré a un cubículo. De pronto escuché unos pasos acercándose, abrí la puerta, y ahí estaba. Me miraba con deseo, sabía que ahora era todo suyo, y que sería yo el que lo deslechara cuando él me lo pidiese.
Puso su mano detrás de mi cabeza y comenzó a empujarme hacia abajo, sentí su morbosa mirada sobre mí, me miraba con deseo, Kevin me dará verga. Ya puesto de rodillas frente a él, podía ver como se le marcaba en el pantalón de tela una verga dura y gruesa que parecía que rompería el pantalón. De pronto sentí como tomó mi cabeza y la pegaba en su duro bulto, restregaba mi cara en su verga, recuerdo que yo solo abría la boca queriendo morder ese rico trozo de carne, él lo movía sobre mi cara y yo solo deseaba atragantarme con su verga. Así que tomé su cinturón negro y lo solté; el quitó el botón y bajó su cierre, y rápidamente bajé su pantalón. Que delicioso, estaba usando un bóxer ajustado gris, que dejaba ver una mancha de líquido pre seminal al final de su verga. Reaccioné inmediatamente a chupar por encima del bóxer ese rico sabor y olor a hombre que tenía su verga, no me importaba nada más, solo quería más y más de ese olor. De un solo bajé su ropa interior, y pude tener su verga para mí al ...

... fin; era gruesa y un poco peludita, era un poco más clara que su piel, y tenía una rica y mojada cabecita. Olía sabroso, hacía calor y se sentía el fuerte olor a hombre sudado, sus huevos con vellos colgaban delicioso. 
Lo miré desde abajo, y FUCK que rico me miraba, con morbo, sabía que era suyo ahora. Lamí desde sus huevos hasta su puntita para luego metérmela de un solo en la boca. La metía y sacaba de mí, trataba de mover mi lengua sobre su glande, y sentía su mano agarrándome más fuerte de mi pelo. 
Me tomó de la mandíbula y me dijo –Te gusta perrita? 
–Me encanta— respondí. 
Y ahí estaba yo, mamando verga de macho, disfrutando de verga, atragantándome con el pedazo de Kevin. De pronto sentí como él empezaba a cogerme la boca, la metía fuerte en mí, y la iba sacando suavecito. Escuchamos como alguien entraba a uno de los cubículos del baño, pero no se detenía; me sentía en la gloria, no me importaba nada más que disfrutar ese sabor a verga, la sensación de sus vellos y huevos cuando pegaban en mi cara, y ese olor varonil que me ponía tan caliente. 
Decidí quitarme el pantalón porque sentía que me iba a reventar de lo duro que estaba mi verga, y bajé mi bóxer azul para poder tocármela. Kevin me miraba mientras se agarraba su verga, y se inclinó a mi oído y susurró para no hacer mucho ruido, 
-Date la vuelta-  
Lo miré y lo decía con decisión, quería ver mi culito. Me volteé y me recosté con el brazo en la pared. De repente sentí su fuerte mano apretándome una nalga ...