Mis deseos prohibidos 9. Primera vez. Parte 9 - Relatos Eróticos

Mis deseos prohibidos 9. Primera vez. Parte 9

... verga comenzó a hundirse en mi, yo estaba nerviosa y tenía miedo de sentir dolor cuando llegara a mi "telita", pero no me echaría para atrás, esto era lo que más deseaba; y entonces sentí como su verga se detenía al sentir mi himen, con un "Te quiero Vero " su verga dura comenzó a empujar más y más, sentía dolor, sentía cada tanto de fuerza que el ponía para romperme, dolía, dolía y estaba doliendo más, pensé que dolerá más pero aún así dolió y estuve a punto de retirarme, pero su pulgar comenzó a masajear mi clítoris, y por fin su verga enorme para mi rompió mi virginidad, esos segundo parecieron eternos, un fuerte dolor me azotó el cuerpo, y más que dolor creo que sentía temor que me fuera a doler más... Se detuvo dentro de mi después de haber hundido medio miembro en mi vagina, lleve mi mano a mi entrepierna para sentir su pene, y ese miembro, esa verga dura y enorme, ese pedazo de macho estaba dentro de mi, al fin, era una mujer. Pero aún faltaba más. Se mantuvo ahí dentro, A la mitad y sólo empujaba lentamente cada ves que veía que me estaba acostumbrando a un nuevo pedazo de verga; quería tenerla toda adentro como en mi ano, pero en verdad dolió más cuando se acercaba la base, así que se queso ahí, basándome y yo con los ojos cerrados y disfrutando ese tronco dentro de mi. Empezó a meter y sacar, aún era un poquito molestó pero ya sólo empezaba a sentir placer, entonces me si cuenta que había clavado mis uñas en sus manos, ahora me relajada y comenzaba a disfrutar, su ...

... ritmo estaba aumentando, yo quería más de el dentro de mi, sentía el olor de mi jugos mezclado con hierro, el también y se detuvo un instante para limpiarnos con un pañuelo, vi el pañuelo con los rastros de mi virginidad perdída y me hizo feliz. Ahora estaba de nuevo en mi entrada y está vez me dejó ir su verga con más fuerza, ahora mi dolor daba paso a mis gemidos, uno profundo y ahogado cuando casi toda su verga se enterró dentro de mi vagina y me hacía sentir el vientre más lleno. Su ritmo aumentaba de nuevo, cada embestida me hacía más mujer y llenaba un poco más mi vientre, su verga ya no sólo golpeaba el final de mi vagina si no que me empujaba todas las entrañas hacía arriba, sentía que me saldría por la boca y deseaba que así fuera, deseaba que me atravesara toda, quería ser suya hasta el fondo, quería toda su deliciosa verga dentro de mi, perforandome, rompiéndome, penetrando mi ser y destruyendo cualquier rastro de mi inocencia sexual, la cual claro, hace mucho había perdido por mi mismo, pero esto era diferente, era lo mejor, lo más delicioso, movía sus caderas y su verga alcanzaba nuevos rincones dentro de mi pequeño cuerpo que temblaba y se erizaba, sentía su textura varonil frotándome por dentro, ensanchándome, abriéndome, estirando, empujando, comprimiendo y tratando de romper mi cuerpo en dos, y yo estaba en las nubes, mi cabeza flotaba por primera vez en un mar de placer, de lujuria absoluta, me sentía tan hembra, nada existía sólo nosotros y el placer, y los ...