1. Confesiones de un adolescente


    Fecha: 13/01/2021, Categorías: Confesiones Tus Relatos Autor: propio, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    La historia que les voy a contar es una de muchas que me sucedieron cuando era adolecente, era un joven estudiante de 18 años que vivía en la ciudad de Bogotá y estudiaba en un colegio de renombre en el lugar.
    Sobra decir que a esa edad tenia las hormonas a mil y solo ver un buen trasero meneándose al caminar por las calles donde yo iba a tomar mi transporte, bastaba para que llegara a la casa con tremenda erección y antes del almuerzo,  masturbarme estaba a la orden del día.
    En la casa donde vivía, compartía el baño con otros familiares, entre ellos dos primas: Analia quien era unos años mayor de mí y Shirley quien tenía mi misma edad, ellas no sabían que yo las espiaba cuando se bañaban por una rendija que tenía el marco de la puerta, la cual me aseguraba muy bien de que estuviera cubierta con una toalla cuando entraba a darme placer en ese lugar.
    Analia en especial era bastante cachonda, recuerdo que los fines de semana en las noches cuando me quedaba en la sala hasta tarde mirando televisión (la verdad esperaba la programación para adultos de los viernes) ella pasaba justo al frente mío, desde su habitación hacia la cocina “supuestamente” por agua y llevaba puesta su pijama, la cual era solamente un saco  que le cubría un poco más abajo del trasero, ni hablemos de cómo me ponía al verla cruzar, pues aunque estaban las luces apagadas y solamente el brillo del tv iluminaba la sala, podía contemplar su silueta que se marcaba por el saco y se notaba su redondo y firme ...
    ... trasero, sus grandes y curvadas piernas, además de sus senos que aunque no eran muy grandes, eran redondos y firmes, podía ver como se marcaban sus pezones ya que solamente usaba bragas debajo de su prenda para dormir; ahora sé que se pasaba a esas horas solamente para excitarme. 
     Analia y yo conversábamos bastante, pues desde pequeño recuerdo que iba a su casa de visita junto con mi madre y terminábamos jugando los dos, en una ocasión recuerdo que ella me invito a su cama para dormir y se acostó de espaldas a mi, acercándome sus prominentes nalgas; pero en ese entonces mis intereses no eran de ese tipo. 
    Con el tiempo las conversaciones entre los dos eran más de adultos y calientes en algunos casos; cuando ella entraba a cambiarse en su cuarto, yo fingía estar dormido sobre su cama para verle los pechos bien formados, con esos pezones color oscuro que me excitaban y que fueron fantasía en muchas de mis sesiones de auto placer.
    Una  noche quise mirar un video porno que tenía mi hermano mayor oculto en sus cosas, así que lo tomé a escondidas y lo escondí bajo mi suéter para que cuando todos fueran a dormir, proyectarlo en el reproductor de cintas, si alguien bajaba era fácil pasar el televisor a un canal cualquiera para no ser sorprendido viendo el filme; esa noche como de costumbre, Analia pasó hacia su cuarto vistiendo la prenda de dormir que les he mencionado, pero sin chistar palabra alguna porque habíamos discutido en esos días y no nos hablábamos; yo supuse que ella iría ...
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