Confesiones de un adolescente - Relatos Eróticos

Confesiones de un adolescente

... Esos pechos redondos de pezones oscuros que tantas veces había contemplado cuando jugábamos camisetas mojadas en el jardín y cuando me hacía el dormido para espiarla en su cuarto, esas piernas torneadas y ese monte de venus medianamente rasurado que vi otras cuantas veces a escondidas mientras ella se duchaba.
Fue tan excitante el panorama, que comencé a sentir que ya no me podría controlar más y sentía en camino mi eyaculación, ella al notarlo también, comenzó a masturbarme más rápido sin dejar de tocarse y los dos llegamos al orgasmo:
Ella tenía su segundo clímax de la noche mientras yo bañaba sus tetas, sus brazos, su cara y su cabello con grandes y fuertes disparos de semen que parecían nunca terminar.
Ni siquiera en las sesiones de masturbación con mis amigos había eyaculado tanto.
Cuando pasó todo, nos miramos a la cara y comenzamos a reírnos, “tengo sed” exclamé y la invité a pasar a la cocina a prepararnos algo mientras subía mis bóxer y ella limpiaba el desastre y buscaba su ropa.