1. El Baldío y El Mirador. 4ª parte.


    Fecha: 31/12/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues

    ... cómo picaditas muy suaves en mí entradita con la yema de su dedo, yo la verdad nada más voltee mi cabeza a la pared, pero escuchaba que, con el dedo de la doctora hacía un ruidito como de “chapaleo” en mí “pepita”, en eso ella tomó una gasa y me limpió bien mi cosita, y se la guardó en la bolsa de la bata, se lavó sus manos y salimos del consultorio, para ir a donde tú estabas haciendo la declaración, ¡uff, la verdad me calentó!, hasta me fui al baño a orinar, ¡cuando estabas firmando esos papeles!, ¿y que más te hizo esa doctora?, pues la verdad antes de salir de ese lugar, que se agacha y, ¡qué me da un beso de piquito en los labios!, ¿pero nada más eso, o te hizo otra cosa?, pues nada más eso, pero me decía cosas muy aventadas, pero mejor te lo cuento en el departamento, ¡ya vámonos, que me estoy, creo mojando de lo que te dije! Ya una vez estando en ese cuarto de azotea, la plática de ese acontecimiento por el que había pasado Jenny, me lo seguía comentando, por lo que nos fuimos a la camita y abrazados ella continuaba; pues te decía Marvin, a esa doctora creo que le gustan las mujeres, por lo que me decía, ¡que era muy bonita!, que me cuidara, ya que estoy chica, y cosas así, pero lo más guarro que me dijo, qué, ¡quería mamarme la puchita!, cuando estaba en la camilla y pues que cierro las piernas, y yo creo que ella entendió, que me incomodó lo que me dijo y en ese momento me limpió como te comenté y ya nos salimos de ahí, ¿y a poco te ibas a dejar que te pasara la ...
    ... lengua en lo mío?, no, como crees, ¡ya sabes que lo mío es tuyo!, y no quiero que nadie me toque mi rinconcito, que ni pelos le salen todavía, ¡de tanto escucharla lo que me decía!, mi pene estaba erecto, ella lo percibió, ya que me comenzaba a acariciar mi panza, y con una curia me fue quitando el cinto de mi vaquero y su manita me acariciaba por encima del pantalón los huevos, los que me apretujaba con suavidad y subía a acariciarme mi masculinidad, en eso me dice, ¡quítate la ropa!, ¿Qué quieres hacer, o que te haga?, pues, ¡déjame jugar contigo!, pero mi amor, venimos de un problema, mejor otro día jugamos, ¿quieres?, noo, ¡yo quiero hoy!, ya vez por lo que pasé hace rato, ¡y la verdad hasta siento rara mi conchita!, ¿cómo que quiere sentir tu palito?, no seas malo, ¿sí?, bueno ok un ratito nada más, ¡deja apagar la luz! Me retire mi ropa, quedándome únicamente con mi bóxer y me tiré en la cama, ya mi Jenny estaba desnudita debajo de la sábana esperándome e inmediatamente me abrazó, yo le propiciaba caricias muy tiernas en sus bracitos, espaldita mismas que se fueron convirtiendo en caricias llenas de erotismo, llegando a palpar su breve intimidad, la que sentía caliente, además de que por primera vez mi Jenny, soltaba una babosidad intensa de entre sus labiecitos vaginales, los cuales mojaban mis dedos de una manera extraordinaria, por lo que bajé directo a ese pozo del que absorbí, lengüetee, hasta saciarme, mientras ella de su boquita de ángel soltaba unos quejidos que de ...
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