1. La puta, mi jefe y yo


    Fecha: 02/01/2018, Categorías: Hetero Autor: Hefeiston, Fuente: CuentoRelatos

    ... En ello estaba cuando mi jefe se giró para decirme algo y me pillo mirándolo. Mi polla había crecido un poco delatándome. El sin inmutarse me dijo algo del trabajo. Yo reaccione y aparte mis ojos de su verga, no sin antes disfrutar de su estampa.
    
    Tras la cena, nos fuimos a un pub, donde seguimos bebiendo. Dos chavalas se nos acercaron, dándonos conversación. La tensión sexual aumento. Nos sentamos los cuatro en una zona oscura de la sala, para poder disfrutar sin ser vistos. Estábamos en un largo sofá, a mi derecha una de las chicas, y a mi izquierda en total contacto conmigo, Ramón con la otra joven junto a él. Empezamos a enrollarnos cada uno con una, sin acordarnos del otro, hasta que en un movimiento, Ramón levanto un poco el culo, hasta ponerlo sobre mi muslo izquierdo. Movía su trasero lentamente dejándome notar su calor en mi pierna. Con precaución, lleve mi mano junto a mi pierna dejándola bajo en caliente culo de mi vecino. Ramón lo movía cada vez más y con más fuerza, permitiendo el contacto total de mi mano. Tras unos momentos de incertidumbre, cogí confianza y empecé a sobarle con descaro. Movía mi mano arriba y abajo pasando por el centro de su trasero, dejando mis dedos anular y corazón acariciando su ano. Ya no había duda posible, Ramón sentía como mi mano le sobaba, no sabía cómo reaccionaría. Tras los primeros momentos, note como dejaba caer su cuerpo sobre mí con más fuerza, obligándome a forzar mis caricias en su culo. Luego, note como la mano de Ramón ...
    ... copio mi pierna y deslizándola hacia él, la coloco entre sus piernas, sentándose sobre mí. Notaba el calor de su paquete en mi rodilla. Para provocarlo empecé a moverlo a modo de caballito y el sin dudarlo, hecho su cuerpo hacia atrás, hasta apoyar su espalda sobre mi pecho. Ahora podía sentir como mi verga empalmada tocaba su cuerpo y era consciente que el también la sentía.
    
    Esta mal que yo lo diga, pero cuando me enrollo con alguien, le hago sentir cosas que ni siquiera imaginaba que podía sentir, y mi compañera no era la excepción. El placer la poseyó y metiéndome la mano en mi bragueta, me abrió el pantalón y me saco la polla, permitiéndome estar más cerca aun del culo de Ramón, que volvió a cogerme la pierna para colocarse mejor sobre ella, poniendo parte de su mano sobre mi desnuda verga. Al notar el calor de su mano, me decidí a dar otro paso, pase mi brazo izquierdo por la cintura de Ramón, abrazando su cuerpo y coloque mi mano sobre su muslo, notando a pocos milímetros el calor de su bulto. Al notar mi caricia, Ramón se levantó un poquito, inclino levemente su cuerpo hacia delante y apoyándose en mi rodilla, me restregó su enorme bulto sobre la pierna, dejándome sentir la dureza de su polla. Como en ningún momento retire mi mano de su muslo, debido al movimiento se desplazó un poco, cubriendo por completo su paquete. Ramón volvió a la posición inicial, sin apartarme la mano, que osadamente sobo con deseo ese premio. Parece ser que mi caricia lo abrumo devolviéndole ...
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