Una juventud madura (VI): Campamento de verano 1
Fecha: 03/01/2018,
Categorías:
No Consentido
Autor: jtvalverde, Fuente: CuentoRelatos
... empuje a Iván sobre la arena tirándome sobre él con el culo en sus pectorales impidiéndole mover los brazos y con el pene un poco decaído sobre su boca. Acaricié su cara con las dos manos y le plante un morreo deslizando mi cintura al nivel de la suya.
-Es mi momento, ahora llevaré yo las riendas- Susurré a Iván
Poniéndome sobre la altura de su pene, jugando un poco con él para que volviera a ponerse duro e introduciéndolo por completo en mi ano. Fue más doloroso que la primera vez al no contar con la lubricación óptima, pero no tardó mucho en segregar el líquido preseminal otra vez Iván. Mientras él permanecía tumbado sobre la arena, yo llevaba a cabo el trabajo de meter i sacar, veía su cara de placer. Esa cara de cosquilleo, esos gemidos desmesurados que se entrecortaban con la propia respiración acelerada de Iván.
-Fran, me pones muy caliente- dijo con voz orgásmica
-No te digo lo que me pones tú a mí- contesté hiperventilado
El trote de mis nalgas no tardó en hacer que Iván empezara a acelerar sus gemidos, me excitaba tanto que estaba yo también por correrme, hasta que Iván acabó dentro de mí mientras que yo incitado por el cosquilleo del semen expulsado a presión por el pene de Iván me hiciera acabar en una de las corridas más intensas de mi vida. Los chorros le llegaron hasta la cara. Sacando su pene de mi culo sin dejar salir la leche que continuaba en mi interior, me acerqué a sus abdominales y soltando el esfínter, esa estupenda, caliente y abundante ...
... leche cayo desparramándose por su torso y chorreando por las costillas de Iván. Esa cara de niño travieso no se me borrará nunca de la mente, Iván me agarró y me abrazó con todo el semen empapándome de él. Luchamos un rato en la arena hasta que decidimos poner fin a nuestra expedición i quitarnos toda la mugre bañándonos en el mar.
Fue una de las noches más románticas de mi vida. Él, yo, nadando abrazados, bajo la luz de la luna, besándonos apasionadamente, un chico que no conocía más que unas pocas horas, el chico perfecto que además de robarme el corazón había hecho lo que no había conseguido hacer por mí mismo: olvidar a David.
La vuelta a la cabaña fue un poco peligrosa ya que nos encontramos a Silvia merodeando las cabañas. Tuvimos suerte de verla antes y de darnos tiempo a escondernos tras unos árboles. Imaginaros la situación: Iván y yo tras unos árboles desnudos, Iván con la polla roja como un tomate de tanto frote y yo en su espalda rozando mi pene en su culo involuntariamente para intentar ocupar el menor espacio para no ser descubiertos. Vamos, Silvia nos llega a pillar y se arma la de San Juan. Pudimos respirar tranquilos cuando la vimos pasar de largo.
Entramos en nuestras cabañas y por respeto a Roman, haciendo el menor ruido posible nos pusimos unos calzoncillos y nos fuimos a la cama. Una vez cada uno en la suya Iván me sugirió hacer un intercambio de calzoncillos diciéndome:
-Piensa esto, tú te pones los míos y yo los tuyos. Tu pene al igual que ...