1. LA SOBRINA


    Fecha: 04/01/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... dale, placer a tu ama, entonces sentí la puerta abrirse y entro su hermano Zoilo que enseguida se dio cuenta de lo que estaba pasando al sentir esos gemidos, por lo contrario que parezca, se soltó los botones del pantalón de la bragueta se saco la polla, una buena polla y se acerco, hasta donde estaba su hermana y le puso la picha en la boca que esta empezó a chupar hasta que el perro se soltó de su hermana soltando como una gran explosión cuando se salió del coño, Zoilo, no desaprovecho la oportunidad y se la metió a su hermana en el culo y así termino él y ella todavía se frotaba su chocho con la mano. Hay unos flecos más, pero aquí, no puedo decir nada más, que lo que oí, ya que, la única casa que tenía el entarimado bien, no pude comprobar, aquello que se decía, solo puedo decir, que se trataba de una familia compuesta por un padre, dos hijas y un hijo, una rubia y otra morena, con ojos verdes preciosos y muy bien puesta de todo. Este, hombre, mayor ya tuvo de su primer matrimonio, la hija morena y al hijo, cuando la mujer murió se junto con una mujer, que ya tenía una hija de una relación anterior, la rubia, esta niña ya contaba sus diecisiete años y además era una quedona, se solía quedar en casa, cuando su madre y aquel hombre se acostaban a dormir la siesta, los domingos por la tarde, pronto el hombre la descubrió y un día la cito en el aprisco y allí. Le pregunto ¿Si le había gustado lo que había visto hacerle a su madre? Entonces le dijo, sacándose la polla, mírala ...
    ... y tócala y allí mismo contra la pared la la estuvo jodiendo, parece ser que la chica ya no era virgen y a partir de aquel día, la empezó a joder, su madre desapareció, no se sabe donde fue, ni con quien. Se decía,, que los dos hermanos sabían lo de su padre con la muchacha y que si ellos también tenían relaciones sexuales. Solo eso puedo decir. Parece ser, que aun iba a tener, otra sorpresa y además muy gorda. Otro domingo, después de una buena comida, en la que mi sobrina y mi cuñada parecían estar muy animadas y después de una buena siesta, salí a caminar y me adentre por el monte. En el monte, entrado bien hacia dentro, había una cabaña, abandonada y que en otro tiempo, era donde los que se dedican hacer el carbón de encina, usaban para vivir, durante el tiempo que duraba la quema de la leña haciéndose carbón, como normalmente coincidía con la época en que los bicheros se dedicaban a poner cepos, para cazar conejos y liebres, además solían coger todo tipo de caza, esta caza a ellos no les serbia y la regalaban, normalmente eran algún gato montés, algún zorro o alguna otra alimaña. Me acerque, hasta dicha cabaña, sin ningún ánimo, nada más, que el de pasar el tiempo. Lo que menos esperaba, era, la sorpresa que se iba a llevar, cuando un poco antes de llegar a ella, sintió ligero murmullo y jadeos, entonces, con cautela se acerco hasta ella y cada vez a él aquellos jadeos le parecían de una voz conocida, ¡Claro que era conocida! Era su propia sobrina, ¿Pero, que hacia ella, ...
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