La menos pensada 2 - Relatos Eróticos

La menos pensada 2

... había cumplido. Me pareció magnífico.
Si Adriana se queda tranqui, podía ser que mi hijo me sacaría a Kirky de encima.
Durante dos o tres semanas Kirky dejó de acosarme, no la tenía ni cerca. Menos mal. Parece que da resultado. Salían casi todas las semanas y Adri estaba conforme. Seguramente hablaría con su hija, preguntado qué pasaba con Lucho. Parecía que Kirky la dejaba tranquila.
Yo no había hablado con mi hijo, para nada. De ninguna manera podría hacerle creer que mi intención fuera “obligarlo” a estar con Kirky. ¿Era realmente Kirky una ninfómana, o una jovencita deseosa de experiencias “activas”? 
Yo iba a mi casa bastante seguido. Casi todas las semanas pasaba a buscar material de trabajo, de consulta, cosas que necesitaba. No podía llevarme todas mis cosas a lo de Adri, eran demasiadas.
En casa un gran espacio central era rodeado por una galería elevada, a donde daban los dormitorios, el taller y oficina, y los baños superiores. El espacio central era la sala de estar donde daban comedor, cocina y baños inferiores, y el ingreso desde la cochera.
Un día estaba yo en la oficina -ya hacía como una hora-, haciendo un trabajo. Casi siempre tenía música a muy bajo nivel, como sedante… 
En un momento sentí como risas… y gemidos…
Salgo a la galería que balconeaba sobre la sala.
Allí, en medio de la sala, estaba Kirky con mis hijos, con los dos…, los tres desnudos sobre el gran sofá. 
No se privaban de nada. ¡Que visión extraordinaria! 
Yo nunca había visto ...

... desnuda a Kirky. El día que cogimos ella estaba vestida, sentada sobre mi falda. Luego, nunca más. ¡Era verdaderamente hermosa! Y los chicos le estaban dando con todo y ella gimiendo y riendo, a veces a carcajadas. Y los continuos avisos de acabadas múltiples. Espero que mis hijos tengan condones. 
Sí, así era. Cuando Carlo se la sacó del culo a Kirky, ante la pregunta de ella, le dijo que se pondría el forro. Es lo que hizo. Se acostó, y le explicó a Kirky como poner el condón a una pija. Luego la nena se sentó encima, guiando la pija a su concha, y se tiró hacia adelante. Lucho se acomodó sobre ella ¡y se la metió en el culo!
Yo no tuve más remedio que masturbarme, sin dejar de ver desde un lugar que suponía seguro. Así estuve como media hora. ¡Los chicos se divirtieron a lo loco! 
Se fueron a bañar. Carlo fue el más sensato: “Báñate sola Kirky, sino no terminamos nunca”. --Vos tanbién Lucho, y llévala a casa.
Menos mal, no habían visto mi auto que estaba en el garaje…, o tal vez hubiera sido mejor, si sabrían que estaba yo no hubieran “jugado”. 
Kirky le dio un gran beso a Carlo y le dijo “sos un amor…”. Cuando se fueron Lucho y Kirky, salieron riéndose.
Siguieron un par de semanas más de paz. Kirky no jodía…, hasta que apareció. Estaba en el estudio de Adri terminando algunas cosas. No había nadie en la casa.
-¡Hola papito! ¿Qué tal?
-Muy bien. ¿Y vos? - Supone que me diría “muy bien…”
-Pues…, con nostalgia.
-¿Por qué? - ¡Que pregunta estúpida la mía!
-Nunca nos ...