1. Lo que hubiera sido (2ª parte)


    Fecha: 06/01/2018, Categorías: Transexuales Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos

    ... despegando la boca de mi miembro, pero sin dejar de masturbarlo con sus manos– Cuando desperté y te vi la verga, se me volvió a antojar…
    
    - Me encanta que seas golosa –le contesté y volví a cosquillear sus agujeros con mi lengua. De nuevo suspiró. Sentí su boca llenarse nuevamente con mi inhiesto miembro y no pude evitar soltar un gemido.
    
    Ese sabor agridulce tan delicioso me inundó las papilas gustativas. En un arrebato de placer, azoté con ambas manos sus posaderas y gimió de dolor, pero no se apartó. Repetí la jugada un par de veces. Puedo asegurar que su vagina comenzó a soltar más flujo. Nuestro éxtasis llegó poco después y ambos nos inundamos la garganta de los deliciosos líquidos del orgasmo.
    
    - Lo mejor para el desayuno es leche –afirmó con picardía mientras se relamía. Sonreí ante el gesto.
    
    - ¿Qué quieres hacer? –le pregunté cuando se hubo acurrucado en mi pecho
    
    - Estoy a tu entera disposición –respondió en un suspiro– Desde hoy, tú mandas y yo obedezco.
    
    - ¿Estás segura de lo que estás diciendo? –Le pregunté jugueteando con uno de sus pezones– Después no te vayas a arrepentir, ¿eh? –le apreté con fuerza el pezón a lo que ella suspiró de placer.
    
    - Completamente –me aseguró en un ronroneo y me seguía acariciando el pecho con ternura, pese a que yo seguía pellizcando con saña sus pezones. Como respuesta, me incorporé y ordené comida para la habitación.– ¡Oh!, ¡qué bueno! Muero de hambre. –exclamó.
    
    - Yo igual –respondí tras terminar la orden y la ...
    ... observaba. Su figura me parecía la más atractiva del mundo. Nunca en mi vida había visto algo tan bello, tan lujurioso, tan sensual.– Tenemos hasta la una para abandonar la habitación –expliqué mientras tomaba uno de sus pies y lo besaba. Ella seguía acostada y se dejaba hacer– Y pienso aprovechar el poco tiempo que nos queda…
    
    Ella como respuesta, me abrió las piernas. Yo, al verla así, entregada y descarada, me endurecí. Me dolía el miembro después de la jodienda de hacía unas cuantas horas, pero mi deseo por mi futura esposa, aunado al hecho de que la extrañaba a raudales, me impulsaba a demostrarle mi amor, mi lujuria y todo mi cariño cuantas veces me lo permitiera el cuerpo.
    
    Su vulva estaba irritada y roja, presa de la pequeña paliza a la que había sido sometida. Y, aun así, me invitaba a penetrarla, a lacerar su intimidad con mi estaca. Le solté un firme cachete en el muslo y dos buenas palmadas en su lastimada vagina. Gimió de dolor y placer. Se la clavé entera, hasta los huevos. Ella arqueó su espalda y me abrazó con sus piernas. Yo la taladré frenéticamente desde el inicio, mientras que, con mis manos, amasaba de manera cruel sus tetas. ¡Oh, que placer! Ella gemía con una sonrisa en el rostro mientras permanecía con los ojos cerrados.
    
    Aunque hacía unas horas habíamos cogido como animales, seguía excitado a más no poder. Si por mi hubiera sido, habría permanecido eternamente jodiendo con ella. Quería chuparla, lastimarla, penetrarla, besarla, morderla… en pocas ...
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